• En junio estaba en el 9,44%: es el más bajo en cuatro años, cuando España pidió el rescate del sector financiero (13,6%).
  • Bajan los créditos dudosos pero también los préstamos a empresas y familias, un 0,85%.
  • El BCE pretende que aumenten el grifo… y la banca no se fía, aunque no aumenta provisiones.
La morosidad bancaria en España quedó en julio en el 9,39%, la tasa mínima de los últimos cuatro años, según los datos publicados este lunes por el Banco de España. Sin matices el baremo es bueno, si tenemos en cuenta que retrocede a los niveles de junio de 2012, aquel fatídico mes en el que España pidió ayuda a la Unión Europea para el rescate del sector bancario, y dista 4,1 puntos del máximo histórico (13,6%) marcado en diciembre de 2013. La cifra de créditos dudosos se redujo en julio hasta 120.827 millones, 1.681 millones menos. Pero la caída está acompañada de otra caída: la del crédito concedido por los bancos, cajas y cooperativas a particulares y empresas también ha bajado: 11.030 millones menos, hasta los 1,286 billones, una resta del 0,85%. Y en el año un 4,3%. En otras palabras, los bancos siguen teniendo miedo a prestar, a pesar de la política del BCE, que les penaliza con intereses negativos (o4%) si buscan refugio para sus depósitos en la entidad. ¿Razón?: que destinen ese dinero a prestar más a las familias y empresas. La tasa actual, con todo, está muy lejos todavía de los mínimos registrados durante la burbuja inmobiliaria, en los que apenas rebasaba el 1%. Fue a partir de entonces, especialmente en 2008, cuando comenzó a subir ininterrumpidamente. Así lo interpreta también la AEB, aunque "es más relevante el fuerte descenso de la cifra de morosidad que la lentitud en la caída de la tasa". Su portavoz, José Luis Martínez Campuzano, añade que el descenso del crédito está afectado por la menor demanda de préstamos por familias y empresas, inmersas en un proceso de desendeudamiento. La morosidad -ese es el sentido más importante de esta tasa- repercute en uno de los fantasmas para la banca: las provisiones. Por ese motivo, las entidades financieras han mantenido ese amargo capítulo. Si en junio estaba en 71.875, ahora en 71.332 millones. Un año antes estaba en 88.633 millones. Miriam Prat miriam@hispanidad.com