Creo haber contado alguna que estoy ligeramente hasta el gorro de las catedrales-museo. Eucaristías hay pocas y oportunidad de rezar apenas, pero, eso sí, los turistas acuden en masa a los templos. No me extraña porque se trata de tesoros artísticos, lo cuales cierto, pero sus creadores no esculpieron aquellas soberbias figuras para ‘hacer arte’(al menos hasta bien entrada la tediosa edad moderna): lo hicieron para enseñar el catecismo a los analfabetos, que eran mayoría, sí, aunque bastante más sabios que nosotros, los pedantes ilustrados del siglo XX y XXI. En suma, lo hicieron para evangelizar.

No se puede visitar al Santísimo pero sí la pedrería y la imaginería, a ser posible en visita guiada, que cuesta un poco más

La historia es esta: un curioso sujeto, antes conocidos como feligrés, entra en la monumental y original catedral de Cádiz. Un funcionario le cierra el paso y le pide el importe de la entrada. El curioso sujeto le explica que no va de visita turística, que sólo quería hace un visita a la Capilla del Santísimo,  antaño reconocido como Señor del inmueble.

A lo que nuestro funcionario responde:

-Lo siento Señor: aquí todo es turístico.

Vamos que pagues la entrada, que no estamos aquí para rezar sino para cobrar. Que pagues, y entonces entrarás y si no, no entrarás Y a ser posible hazlo con guía, que ofrece un mayor rendimiento económico.

Nuestros ancestros no construyeron los templos para mirar, sino para rezar y evangelizar

Ya un pelín picado, nuestro hombre habla con otro funcionario, guardián esta vez del acceso a la torre, desde donde puede contemplarse una magnífica vista de la bahía gaditana. Y este se explica mejor, es decir, peor:

-Mire usted aquí sólo hay misa a la semana, el domingo a las 12,00. 

O sea, la famosa misa de doce, ¿recuerdan? Bueno, añade el guarda: “y si hay algo importante”. ¡Qué sé yo! A lo mejor se refería a la coronación de José María González Santos, natural de Róterdam, dicho Kichi.

El culto, esa cuestión menos, lo han trasladado a la antigua catedral, porque lo mejor está reservado para los turistas. Como debe ser.

Recuerdo que la mundialmente conocida Catedral de Vena, también ha cedido ante la turbamulta pero, al menos, reserva el altar mayor para celebra eucaristías, la primera de ellas a las seis de la mañana.

Nuestros ancestros no construyeron los templos para mirar, sino para rezar y evangelizar. Pues eso.