A última hora del viernes 10 de enero cambiaban las tornas: el Europarlamento retiraba la condición de eurodiputado a Oriol Juqueras. Era una forma de ceder al fallo del Tribunal Supremo (TS) español, que le mantiene en prisión, al tiempo que crea un precedente para los no condenados pero sí huidos -Carles Puigdemont y compañía-.

Porque esa es al cuestión: el juez Llarena ya ha pedido al Parlamento de Estrasburgo que levante la inmunidad de Puigdemont, un perseguido por la Justicia en España y asimismo eurodiputado. 

Mientras tanto, el presidente del Parlament, Roger Torrent, a lo suyo: no obedecerá a la JEC y comunica a su amigo Torra que sigue siendo diputado 

Y en el entretanto, el presidente del Parlament, Roger Torrent, como si oyera llover: en una comparecencia ante los medios en la misma tarde del viernes, aseguraba, a pesar de la decisión contraria de la JEC, ratificada por el TS, que Quim Torra seguía siendo diputado del Parlament,. Es más, Torrent asegura que no se plantearán el sunsigueinte cese de Torra como presidente de la Generalitat (si no eres diputado no puedes ser presidente) hasta que se sustancie el recurso presentado por los abogados de Torra. 

Y al fondo, el cabreo del presidente de la Sala de lo Penal del TS, Manuel Marchena, con la Abogacía del Estado y su papel en 'defensa' del condenado Oriol Junqueras. Marchena considera que la argumentación de la Abogacía del Estado no tenía ni pies ni cabeza. Lo que no deja de ser, al fondo de la cuestión, una bofetada a Pedro Sánchez, a quien indirectamente se está acusando de no colaborar con la Justicia y sí con los independentistas catalanes