Los seis países donde está legalizada la eutanasia son Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, Colombia y ahora también España.

Todos ellos han traspasado la frontera ética de que la vida es sagrada y ni uno mismo y ni mucho menos un tercero puede disponer de ella. Esa frontera ética está en la conciencia de todas las personas del mundo, y por eso solo esos seis países han aprobado la eutanasia hasta ahora.

En estos países está ocurriendo que se empieza permitiéndola sólo en casos excepcionales y por voluntad propia, pero se termina aplicándola sin restricciones, a cualquier persona e incluso en contra de su voluntad, y de manera especial a los más débiles y vulnerables: enfermos mentales, ancianos, discapacitados sobre todo intelectuales..., que no pueden defenderse ante la decisión de otros -el Estado, un médico, los jueces, los políticos, sus familiares- sobre sus vidas.

Todos estos países han traspasado la frontera ética de que la vida es sagrada y ni uno mismo y ni mucho menos un tercero puede disponer de ella

Se trata de un plano inclinado o pendiente deslizante muy difícil de parar que provoca que la vida no tenga ningún valor, especialmente la de los más débiles y vulnerables, y que sea a ellos a quienes se termine aplicando al eutanasia sin su consentimiento.

Hay muchos ejemplos de esa pendiente resbaladiza. Religión en Libertad cuenta hoy que en 2020, cuatro personas en Holanda pidieron ser eutanasiadas para no someterse a una terapia intensiva para su recuperación del covid.

Son parte de las 6.938 personas muertas por este sistema en dicho país el pasado año, un récord absoluto, según datos ofrecidos por el Comité Regional de Revisión de la Eutanasia, recogidos por Dutch News.

Las cifras de los Países Bajos suponen un 9% de aumento sobre el año anterior, y superan el pico alcanzado en 2017

Las cifras de los Países Bajos suponen un 9% de aumento sobre el año anterior, y superan el pico alcanzado en 2017. En 2018 y 2019 hubo un bajón como consecuencia del procesamiento de una doctora por la eutanasia de una mujer de 74 años con Alzheimer a quien sujetaron entre tres personas para matarla porque se resistía a la inyección letal. Era el primer profesional sanitario juzgado por mala praxis desde la aprobación de la eutanasia en 2002, pero su posterior absolución volvió a tranquilizar a los médicos, con el resultado de un nuevo incremento de muertos.

Actualmente, en los Países Bajos se debate si permitir el suicidio asistido a personas mayores de 75 años solamente porque consideran que su ciclo vital ha terminado, aunque no presenten patología alguna. Ya en 2018 una ampliación de la ley -que no ha parado de amparar cada vez más casos en los últimos veinte años- autorizó dar muerte a ancianos que presentasen "las dificultades propias de la vejez". También se estudia ampliarla para poder matar niños.

Ya lo advirtieron algunos médicos españoles tras la aprobación de la eutanasia en España: en "aquellos países que han despenalizado la eutanasia, la falta de control -a pesar de pretender garantizarlo- ha llevado a verdaderas 'eutanasias no solicitadas'. Resulta imposible valorar la adecuación si una de las partes ha fallecido. Y, por otra parte, se han ido relajando todas las cautelas legales contempladas, hasta el extremo de poder solicitar, en determinados casos, una 'Eutanasia casi a la carta'".