En el contexto de la celebración del 'Día por la Vida', hoy 25 de marzo, y tras la aprobación de la ley de eutanasia en España, el pasado 18 de marzo -que entrará en vigor en tres meses-médicos españoles se están movilizando contra esta ley, que nos introduce en el siniestro y escaso grupo de países (solo seis en todo el mundo) que han aprobado una normativa similar.

Por un lado, destacados facultativos han elaborado un vídeo en el que argumentan el porqué de su rechazo a esta norma.

Además, importantes médicos han elaborado un escrito dirigido al Tribunal Constitucional en el que le piden la paralización de la ley de la eutanasia, explicando los graves problemas legales, bioéticos, médicos y procedimentales de una norma aprobada en plena pandemia, sin diálogo y sin tener en cuenta a los expertos.

La misiva ha sido firmada por Salvador González Barón, catedrático emérito de Fisiología Humana de la Universidad de Málaga; Manuel González Barón, director honorario de la cátedra de Oncología y Medicina Paliativa y jefe (jubilado) del servicio de Oncología Médica del Hospital La Paz; Manuel García del Río, profesor titular de Pediatría de la Universidad de Málaga; y Álvaro Gándara del Castillo, jefe de la Unidad de Cuidados Paliativos del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid.

El escrito puede ser firmado también por otros profesionales (no médicos) y objetores a la eutanasia. Al escrito se puede acceder aquí.

El escrito puede ser firmado también por otros profesionales (no médicos) y objetores a la eutanasia

Entre los argumentos de estos médicos, figura, por ejemplo, que "se ha venido promoviendo deliberadamente un falso debate social en los últimos tiempos en campañas presentando casos límites muy mediáticos ante la opinión pública para justificar la ley de Eutanasia, olvidando el elevado número de paciente, unos 80.000 que mueren por falta de Unidades de Cuidados Paliativos".

Los médicos, asimismo, denuncian que "se han utilizado igualmente términos equívocos como 'derecho a una muerte digna', presentando a los defensores de la vida humana, entre los que se encuentran la inmensa mayoría de la población y de médicos españoles, como 'sectarios', 'retrógrados' e 'intransigentes', cuando no hay nada más retrógrado que acabar con la vida de los más vulnerables de la sociedad".

"Desde el principio de los tiempos, aliviar el sufrimiento, es una especial exigencia ética y humanitaria de toda la sociedad, particularmente de los profesionales de la salud. Lo que la sociedad demanda es que se dicten leyes que protejan la vida humana, especialmente de las personas más vulnerables, en estadios avanzados y de las personas con una discapacidad severa. Estas situaciones exigen un trato acorde con su dignidad, una asistencia médica y social integral", prosiguen.

Esta ley nos afecta gravemente a todos, pues crea una situación de inseguridad jurídica sin precedentes para las personas más frágiles

Además, argumentan, "esta ley nos afecta gravemente a todos, pues crea una situación de inseguridad jurídica sin precedentes para las personas más frágiles. Lo que la hace profundamente injusta. Las deja sin alternativas, puesto que los cuidados sociales o las ayudas a la dependencia no llegan a todos ni en tiempo ni en forma. No aborda la grave situación de pacientes vulnerables. En España, aproximadamente de 200.000 enfermos que necesitan Cuidados Paliativos, unos 80.000 fallecen al año sin poder acceder a estas Unidades. Para muchos la ley ofrece, o vivir con sufrimiento, o la muerte. Lamentablemente una parte importante de la población, no tiene más opciones".

"En muchos casos las personas más vulnerables se considerarán una carga. Es la consecuencia de tomar la calidad de vida como referencia fundamental para mantener la vida, con lo que se entenderá según la ley de Eutanasia que hay vidas sin valor. Esta ley considera aptos a los médicos para provocar la muerte a los pacientes, con la colaboración de enfermería y farmacia", añaden los facultativos.

Además, denuncian, "con la ley de Eutanasia y el Suicidio Asistido, el médico desempeña el papel de ejecutor en la eliminación de una persona y como consecuencia queda rota la relación de confianza tan necesaria entre el médico y el enfermo, y también con sus familiares".

"En los países que han despenalizado la eutanasia -advierten-, la falta de control -a pesar de pretender garantizarlo- ha llevado a verdaderas 'eutanasias no solicitadas'. Resulta imposible valorar la adecuación si una de las partes ha fallecido. Y, por otra parte, se han ido relajando todas las cautelas legales contempladas, hasta el extremo de poder solicitar, en determinados casos, una 'Eutanasia casi a la carta'.