El juez Manuel García-Castellón ha tenido que denunciar las amenazas de muerte que está recibiendo, sobre todo vía internet, un día después de que se atreviera a pedir al Tribunal Supremo que imputara al vicepresidente del Gobierno Sánchez y líder podemita Pablo Iglesias por el caso Dina.

Los podemitas son expertos en redes sociales y en el pulso revolucionario al Estado: mientras su líder arremete contra los jueces en las instituciones y en los medios, sus bases trabajan el espacio y el ciberespacio

Los podemitas son expertos en redes sociales y en el pulso revolucionario al Estado. Así, mientras su líder arremete contra los jueces en las instituciones y en los medios, sus bases trabajan el espacio y el ciberespacio. Sobre todo este último supone el reino del anonimato y la cobardía. En cualquier caso, las revoluciones comunistas del siglo XXI tienen por escenario el ciberespacio. Cuando el ambiente esté lo suficientemente maduro, es cuando hay que salir a la calle y practicar el vandalismo.

La pregunta es: ¿qué ocurriría si Pablo Iglesias fuera condenado? Pues que Podemos se volvería violento. ¿Hasta llegar al golpe de estado revolucionario? Si pudiera, sí.

Las revoluciones comunistas del siglo XXI tienen por escenario el ciberespacio

En cualquier caso, aun no ha llegado ese momento. Por ahora, se trata de amedrentar a los jueces que se atrevan a hacerles frente, que en España no son muchos. Con los fiscales, en su mayoría, no es necesario: están con Podemos o con sus socios socialistas. Por cierto, la noticia de la denuncia de García-Castellón surge apenas unas horas después de que Pedro Sánchez exhibiera desde Argelia su total apoyo al vicepresidente comunista. La historia del frentepopulismo de la II República -que acabó en la Guerra Civil de 1936- llegó tras la alianza de socialistas, comunistas y separatistas. Como ahora mismo.