Francisco González ha advertido al Gobierno del peligro que supone aumentar el gasto público justo ahora, cuando la economía española está frenando su crecimiento. “Como vimos en 2008, ante una crisis inminente, el Gobierno de ese momento decidió expandir el gasto público y fue un error. Yo espero que esto no se vuelva a producir”, señala en una entrevista publicada este lunes en el diario ABC.

Con sus advertencias, el presidente del BBVA se ha erigido en el líder de la derecha económica española. “En una etapa de desaceleración creciente hace falta una política económica bien planteada, y esa política económica normalmente no debería pasar por una expansión del gasto público ni por una subida de impuestos”, afirma.

La receta del presidente del BBVA: ni aumento del gasto ni subida de impuestos

Efectivamente, para aumentar el gasto hay que subir los impuestos, algo que el propio presidente admitió el domingo por la noche en una entrevista en La Sexta. Otro error, eso sí, muy progresista, del que advierte FG: “En general, las subidas de impuestos frenan el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo”, señala. Tampoco cabe un impuesto concreto a la banca. Según FG, “puede ser discriminatorio y afectaría negativamente al crédito". 

Ni aumento del gasto ni subida de impuestos. Esa es la receta del presidente del BBVA que Nadia Calviño no ha tardado en replicar. “Si hay un momento en el que toca subir impuestos es ahora”, ha manifestado este lunes la ministra de Economía en una entrevista en Antena 3. Calviño justifica su postura asegurando que el crecimiento económico de nuestro país sigue siendo “robusto”. Recuerda al empeño del Gobierno Zapatero por negar la crisis cuando ya se empezaban a notar los primeros síntomas.

Hemos aumentado peligrosamente la deuda pública

La cosa no pinta bien y no solo en España. La razón es muy sencilla: hemos salido de la crisis -crisis de las subprime o, si lo prefieren, de la especulación- por la puerta de atrás. En otras palabras, hemos aumentado peligrosamente la deuda pública. Un dato que lo dice todo: mientras el PIB mundial en 2017 fue de 80 billones de euros, la deuda alcanzó los 237 billones. Hablamos, sobre todo, de deuda pública. En 2007, la diferencia no era tan escandalosa: el PIB fue de 58 billones frente a una deuda de 162 billones.

Sí, hemos salido de la crisis por la puerta de atrás y la próxima recesión amenaza con ser aún peor. En este contexto, lo último que hay que hacer es aumentar el gasto y, por lo tanto, los impuestos.