Ferroatlántica ha confirmado el ERE temporal anunciado el pasado diciembre y, como Alcoa, ha culpado al precio de la energía y al resultado de la subasta de interrumpilidad. Dicho ajuste durará dos años y tendrá un carácter rotatorio para toda su plantilla en España (550 empleados), que está repartida entre sus dos plantas de A Coruña, la fábrica de Cantabria y las oficinas centrales de Madrid.

La compañía ha llegado a un acuerdo con los sindicatos UGT, CCOO y USO, mientras que CIG se ha descolgado del mismo por considerarlo un mal pacto, “sin garantías de empleo y de producción industrial”. Eso sí, la fábrica cántabra de Guarnizo-Maliaño no parará sus cinco hornos en estos dos años “por necesidades de producción y para poder cumplir con todos los contratos”, según el presidente de su comité de empresa, Francisco de la Hoz.

Ferrogloble ganó 73,5 millones el año pasado

Esto sucede mientras el Gobierno diseña medidas para las empresas que tienen un alto consumo de electricidad en sus procesos de producción, que conformarán un Estatuto del Consumidor Electrointensivo, a través del procedimiento de urgencia. Claro que el tiempo corre, se acerca la disolución de las Cámaras y las elecciones del 28-A.

Ferroatlántica forma parte de Ferroglobe, que pertenece en un 55% al Grupo Villar Mir y ha salido de pérdidas en 2018: ha ganado 73,5 millones de euros.