Facebook, la red social más grande del mundo, puede definirse como el enemigo de la privacidad por mucho que presuma de pedir permiso a los usuarios. Al fin y al cabo, los datos son su verdadero negocio y lo que ha hecho millonario a su fundador y Ceo, Mark Zuckerberg.

Las dos últimas pruebas de que la privacidad no es lo suyo las encontramos en la marcha de Jan Koum, ceo de WhatsApp, y en el cierre de Cambridge Analytica tras el escándalo del ‘robo’ de datos. Dos hechos que colocan a la gran red social aún más bajo la lupa, aunque, por ahora, no le afecte en las cuentas: en el primer trimestre ha ganado un 63% más que hace un año.

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Recuerden que en 2014, Facebook desembolsó nada más y nada menos que 19.000 millones de dólares (unos 15.869 millones de euros al cambio actual) para comprar la aplicación de mensajería fundada por Brian Acton y Jan Koum. Una golosa operación en la que los dos creadores exigieron que la independencia y la protección de los datos de sus usuarios siguiera siendo un principio básico de WhatsApp.

Pero para Facebook el negocio es el negocio… Así, a pesar de la exigencia, en 2016, WhatsApp empezó a dar algunos datos de sus usuarios a la red social, permitiéndole asociar ambas cuentas. Ahora, según The Washington Post, quiere debilitar el cifrado de la aplicación para conseguir más datos de los usuarios, después de que hace unos meses cambiara los términos del servicio para mostrar anuncios y compartir más datos con la red social.

Koum siempre tuvo discrepencias con Facebook por la privacidad y Acton participó en la campaña #deleteFacebook e invirtió en Signal, competidora de WhatsApp

Koum se ha cansado y ha decidido marcharse ante la falta de acuerdo con Facebook en materia de privacidad. Eso sí, Zuckerberg le ha dicho adiós de una curiosa forma, afirmando que Koum le enseñó “todo sobre el cifrado y su capacidad para tomar el poder de los sistemas centralizados y devolverlo a las manos de las personas” y que esos valores “siempre estarán el corazón de WhatsApp”. Permítannos la duda, señor Mark.

El otro fundador de la aplicación de mensajería, Brian Acton, tampoco se lleva bien con la red social, pues participó en la campaña #deleteFacebook, que pedía a los usuarios borrar sus cuentas tras conocerse el ‘robo’ de datos por parte de Cambridge Analytica. Además, en febrero, invirtió 50 millones de dólares (41,7 millones de euros) en Signal: se trata de una aplicación de mensajería privada que intenta competir con WhatsApp y presume de cuidar la privacidad y ser ultrasegura, pues está promovida por el desarrollador de software Open Whispers System y apadrinada por el exempleado de la CIA y de la NSA Edward Snowden. A algunos les sonará Signal porque la han usado algunos políticos, como Carles Puigdemont en su huida de la Justicia española.

Por su parte, la consultora británica Cambridge Analytica ha anunciado su cierre, tras el escándalo del ‘robo’ de datos de 87 millones de usuarios, y ha culpado a los medios: “el asedio de la cobertura mediática ha alejado prácticamente a todos los clientes y proveedores de la compañía. Como resultado, hemos decidido que ya no sigue siendo viable seguir operando”. Eso sí, conviene subrayar que no es la primera vez que se ‘roban’ datos para aumentar los apoyos a un candidato: cuando lo hizo Obama fue una genialidad, pero si lo ha hecho Trump, es un fraude.

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