Lo bueno que tienen los progres es que son muy predecibles. Así, durante la jornada y posjornada de la toma de posesión de Joe Biden como nuevo presidente de los Estados Unidos, los medios progresistas hablaron tanto del nuevo presidente como de la vicepresidenta -figura que habitualmente queda en un tercer plano- Kamala Harris, nuestra heroína del momento. La pobre Kamala ha roto tantos techos que se estará sacudiendo cristalillos de sus ropas durante toda la legislatura. No albergo ninguna duda de que lo que vivimos el miércoles 20 fue la inauguración de la Presidencia de Harris y palabra que no sólo estoy pensando en los 78 años y en la somnolencia de Joe Biden.

Pero, por ahora, ahí tenemos a Joe, ejerciendo la política que podríamos llamar el manto de Penélope: más que de hacer se trata de deshacer lo que hizo el anterior. Joe Biden se ha estrenado con 17 decretos, todos ellos para “revertir” la obra de su predecesor.

El manto de Penélope: Joe Biden se estrena con 17 decretos, todos ellos para “revertir” -destruir- la obra de su predecesor. Es el presidente de Estados Unidos que más decretos ha firmado de una tacada

Biden es el presidente de Estados Unidos que más decretos ha firmado de una tacada durante su primer día en la Casa Blanca. Allí apareció en su mesa, con un montón de carpetas de decretos importantísimos y que, al parecer, ya tenía muy estudiados, porque se puso a firmarlos con fruición, ante las cámaras de TV, naturalmente: lo importante es aclarar quién manda en el país. Esto es democracia.

Lo curioso es que esta “reversión” del daño infligido por el Trumpismo a Estados Unidos es una tarea que Joe Biden ejerce en pro de la unidad de la nación. Seguramente su imagen acelerada de reversión es algo que agradará mucho a los 75 millones de votantes de Trump, el 70% de los cuales piensan que a Donald Trump le robaron las elecciones y que Biden es un presidente ilegítimo.

Es el estilo progresista: unidos, sí, pero bajo mi mando. Obedéceme y viviremos juntos en perfecta armonía.

Entre los decretos, la vuelta al cambio climático y la re-entrada en la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y entre las primeras instrucciones, la venenosa orden de volver a financiar el aborto en todo el mundo y regresar al chantaje universal: todos los países que no impongan el infanticidio se quedarán sin ayudas al desarrollo. Está claro: con Biden y Kamala, EEUU vuelve al Nuevo Orden Mundial (NOM), donde le introdujo Barack Obama.

Revertir el daño infligido por el Trumpismo a Estados Unidos: es el método Biden para unir a la nación

Tampoco olvidemos que uno de los principales objetivos del NOM consiste en establecer el pensamiento único, decidir qué es lo que se puede decir y qué es lo que no se puede decir. De entrada, a través de las redes sociales y de los portales, sobre todo de Google y Facebook, censurar toda voz disidente del pensamiento único dominante. Ejemplo, la censura de Facebook contra la crónica de Hispanidad sobre la toma de posesión de Joe Biden. Para este terminal del Partido Demócrata, la crónica resultaba “ofensiva”, así que la bloqueó en su red. ¿Comprenden? Si discrepas de Joe Biden resultas ofensivo e indignante, y debes ser silenciado por la fuerza. No importa, el artículo se ha leído mucho.

Pero tampoco se preocupen mucho de Biden. Total, para lo que va a durar en la casa Blanca. Desde luego no parece muy probable que se presente a una segunda reelección con 82 años. Preocúpense de Kamala Harris. No me extrañaría que, a sus 78 años, algún día, Biden sufriera un ataque de algo.

En cualquier caso, que el actual reinado de Biden-Harris sea breve, por favor.