Donald Trump está a punto de dejar la Presidencia de EEUU. Será mañana, 20 de enero, cuando asuma el cargo el demócrata Joe Biden.

Trump ha sido vilipendiado por toda la progresía mundial. Pero lo cierto es que uno de los mejores legados que va a dejar, si no el mejor, han sido sus políticas provida.

De hecho, tal y como hizo en el 2018 y el 2019, el todavía presidente de Estados Unidos ha declarado el 22 de enero de este año como el ‘Día Nacional de la Santidad de la Vida Humana’.

La Casa Blanca publicó un mensaje del presidente Trump, que viene a ser como una especie de testamento político sobre su acción política provida, explica Infocatólica.

En el citado mensaje, Trump destaca: “Cada vida humana es un regalo para el mundo. Ya sea nacido o no, joven o viejo, sano o enfermo, cada persona está hecha a la santa imagen de Dios. El Creador Todopoderoso da talentos únicos, sueños hermosos y un gran propósito a cada persona. En el Día Nacional de la Santidad de la Vida Humana, celebramos la maravilla de la existencia humana y renovamos nuestra resolución de construir una cultura de la vida en la que cada persona de toda la edad sea protegida, valorada y apreciada”.

En las Naciones Unidas, dejé claro que los burócratas mundiales no tienen por qué atacar la soberanía de las naciones que protegen la vida inocente

Trump añade: “Desde mi primer día en el cargo, he tomado medidas históricas para proteger vidas inocentes en casa y en el extranjero. Reinstituí y reforcé la Política de la Ciudad de México del Presidente Ronald Reagan, promulgué una norma histórica en favor de la vida para regir el uso de los fondos del Título Diez para los contribuyentes y tomé medidas para proteger los derechos de conciencia de los médicos, las enfermeras y las organizaciones como las Hermanitas de los Pobres. Mi administración ha protegido el papel vital de la adopción religiosa. En las Naciones Unidas, dejé claro que los burócratas mundiales no tienen por qué atacar la soberanía de las naciones que protegen la vida inocente. Hace apenas unos meses, nuestra Nación también se unió a otros 32 países para firmar la Declaración del Consenso de Ginebra, que refuerza los esfuerzos mundiales para proporcionar una mejor atención sanitaria a las mujeres, proteger toda la vida humana y fortalecer las familias”.

“Como Nación, restaurar una cultura de respeto por el carácter sagrado de la vida es fundamental para resolver los problemas más apremiantes de nuestro país. Cuando cada persona sea tratada como un hijo amado de Dios, los individuos podrán alcanzar su máximo potencial, las comunidades florecerán y América será un lugar de mayor esperanza y libertad. Por eso fue mi profundo privilegio ser el primer Presidente de la historia en asistir a la Marcha por la Vida, y es lo que motivó mis acciones para mejorar el sistema de adopción y de acogida de nuestra nación, asegurar más fondos para la investigación del síndrome de Down y ampliar los servicios de salud para las madres solteras. En los últimos 4 años, he nombrado a más de 200 jueces federales que aplican la Constitución tal como está escrita, incluyendo tres jueces de la Corte Suprema: Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh y Amy Coney Barrett. También aumenté el crédito fiscal para niños, para que las madres reciban apoyo financiero mientras asumen la noble tarea de criar niños fuertes y saludables. Y, recientemente, firmé una Orden Ejecutiva sobre la Protección de Recién Nacidos y Niños Vulnerables, que defiende la verdad de que cada recién nacido tiene los mismos derechos que todos los demás individuos a recibir cuidados que le salven la vida”, añade el todavía presidente de EEUU.

Pues bien: todo este legado provida se lo quiere cargar el nuevo presidente de EEUU, Joe Biden, que ya ha empezado a tomar medidas en esas dirección. Por ejemplo, acaba de elegir como secretario del HHS (sistema de salud pública de EE.UU) a Xavier Becerra, abortista y contrario a la libertad religiosa, añade Infocatólica.

Es más: según informa C-Fam, el tándem Joe Biden-Tamala Harris tiene previsto imponer el aborto como requisito para recibir fondos estadounidenses,  lo que impediría a los provida dispensar esas ayudas a los pobres en el extranjero. Este impedimento podría afectar a católicos, a musulmanes, a hindúes y a cualquier otro grupo con convicciones provida o con objeciones morales al aborto.