The Walt Disney Company ha pinchado en su último ejercicio fiscal (octubre 2019-septiembre 2020), pues ha tenido unas pérdidas de 2.424 millones de euros, lejos de los beneficios de 9.356 millones que obtuvo en el ejercicio anterior. Eso sí, ha presumido de que ya tiene 73,7 millones de abonados en la plataforma de streaming Disney+ en su primer año de historia, y no renuncia a su agenda LGTBQ, que cuenta con el apoyo de la cúpula, aunque lo hará con menos gente (despidió a 28.000 empleados de parques, cruceros y eventos).

El gigante de ocio y entretenimiento ha sufrido el impacto del Covid-19 en sus actividades, sobre todo, en las más expuestas a las restricciones de movilidad. Los ingresos se han situado en 55.347 millones (-6%) y dentro de estos, los mayores desplomes se los han anotado el negocio de parques, servicios y productos, con 13.967 millones (-37%), y el de estrenos cinematográficos, con 8.156 millones (-13%). Por su parte, el negocio de canales de televisión ha aumentado su facturación un 14%, hasta 24.036 millones, y la de operaciones internacionales y servicios de suscripción (incluye Disney+, ESPN+ y Hulu) se ha disparado un 81%, a 14.361 millones.

“El verdadero punto brillante ha sido nuestro negocio directo al consumidor, clave para el futuro de nuestra empresa, y en este aniversario del lanzamiento de Disney+ nos complace informar que, al final del cuarto trimestre, el servicio tenía más de 73 millones de suscriptores de pago, superando con creces nuestras expectativas en solo su primer año”, ha señalado el CEO de Walt Disney, Bob Chapek. Y es que aunque algunos parques han podido reabrir con limitaciones, los de California y París se mantienen cerrados.