Si algo le gusta a los lameculos de Moncloa –un amplio porcentaje de quienes trabajan en el Complejo y entre mis colegas periodistas- es comparar a Pedro Sánchez con John F. Kennedy. Supongo que el parangón no llega al extremo de desear su conversión en mártir de la democracia tras su muerte por disparos de bala y que más bien alude a que los dos se miraban al espejo y se decían: “mecachis, que guapo soy”.

Sí, el uno era, el otro es, ambos son, ególatras y narcisistas, a partes complementarias.

Y aún se parecen en algo más: Kennedy repetía aquello de que “cuanto peor lo hago más me aplauden”. Sánchez podría decir lo mismo pero no lo hace. Hay que reconocer que, si de egolatría hablamos, Kennedy le supera, pero en narcisismo no. Por eso, el presidente del Gobierno español ni lo dice ni lo piensa. Es más: don Pedro Sánchez considera que lo está haciendo de miedo.

La España decadente: el presidente que más muertos ha provocado entre su población y el que más ha hundido la economía… sigue siendo el más votado

Ejemplo, el coronavirus: es el presidente del segundo país en número de fallecidos entre los más 10 más infectados del mundo, el que ha sufrido  más muertos por covid de Europa (ver aquí los cuadros). Medido por habitante, claro, no en términos absolutos, que es la trampa utilizada por sus propagandistas de RTVE.

No sólo eso: somos el quinto país del mundo (entre los comparables, sólo nos supera Perú) en el cómputo general y muy por encima de los que el aparato de propaganda sanchista considera los peores: Estados Unidos y Brasil

Dicho de otro modo, que, con un adarme de ecuanimidad, Pedro Sánchez lo ha hecho, frente al coronavirus, mucho peor que Donald Trump y Jair Bolsonaro, las dos bestias negras del progresismo sanchista.

España es el peor país de Europa en caída del PIB. Sánchez, con su innecesario Estado policial, se cargó las dos primera industrias de este país: la hostelería y el turismo.

Y sobre todo seguimos sin responder a la gran pregunta: ¿por qué países con medidas anti-Covid menos fuertes, que han reducido menos la libertad de sus gentes que Sánchez la de los españoles… han sufrido menos muertos por coronavirus y sus economías no se han derrumbado tanto como la economía española? A lo mejor es que fue Sánchez el que se equivocó… y encima le aplaudimos. ¿Sufre España síndrome de Estocolmo respecto al gobierno frentepopulista, frente al régimen sociopodemita? Yo diría que sí.

La prueba es que, a pesar de ello, le seguimos votando. Como Kennedy, cuanto más nos destruye, más le alabamos. Es el suicidio de España, de la mano del ‘homicida’ Pedro Sánchez Pérez-Castejón, que, en el entretanto, se muestra encantado de haberse conocido. Nunca como en la España de 2020 puede decirse aquello de que “cada pueblo tiene el Gobierno que se merece”.

Ahora es el mismo pueblo español, y la prensa, quien alimenta la histeria nacional y reclama menos libertad… mientras Sánchez sonríe

Así que la pregunta que planteábamos anteayer -¿Habrá un nuevo confinamiento general?- ya ha sido respondida por Sánchez: sí lo habrá, pero no con ese nombre, ni bajo la reveladora etiqueta del estado de alarma, no con ese nombre. Además, ahora será el propio pueblo español -en verdad histérico y neurótico por el miedo a la muerte por coronavirus- quien se autoexija más arresto domiciliario y el previsible malestar por el confinamiento, que acabará por destruir la economía española, será achacado a las comunidades autónomas, no al Gobierno central.

Para este camelo, Moncloa cuenta con los medios -de derechas y de izquierdas- controlados por esa misma histeria del virus, periodistas que estamos actuando como perseguidores de un país cobarde y delator, en el que aquel que se atreva a discrepar de las medidas oficiales contra la pandemia, y que han resultado un fracaso tras otro, es acusado de insolidario, irresponsable y, en resumen, de enemigo público.

En resumen, habrá nuevos confinamientos, nos mantendremos en el liberticidio, pero lo haremos con otros nombres y el culpable del consiguiente cabreo de los españoles más inteligentes -hoy calificados como “conspiranoides”- serán las comunidades autónomas, no Sánchez.

Y ahora, aprovechándose de esa impunidad, Sánchez proclama que realmente no hubo confinamiento, sólo desescalada. Y en las encuestas sigue siendo el más popular: cuanto peor lo hago más me aplauden.

Mucho me temo que el pueblo español de 2020 tiene el Gobierno que se merece. Y si no, la culpable es Díaz Ayuso. Seguro.