El último informe del Banco de España -mediados de septiembre- empeoró las previsiones anteriores y no hay que descartar, vistas las restricciones impuestas por el Gobierno de Pedro Sánchez y por las distintas comunidades autónomas, que esas previsiones negativas se queden cortas. En otras palabras, es más que probable que no volvamos a los niveles de crecimiento pre-pandemia, no ya antes de 2023, como vaticinó el Banco de España, sino mucho después.

En este contexto tan optimista, Pablo Hernández de Cos ha instado a los bancos a aumentar las provisiones que, dicho sea de paso, ya fueron muy elevadas en los dos primeros trimestres del ejercicio. “De cara a futuro, dada la incertidumbre y la duración de la crisis, las entidades deben persistir en la política de anticipación del riesgo, lo que facilitará que puedan seguir cumpliendo con la misión de proporcionar financiación a la economía”, ha afirmado este lunes durante el III Foro de Banca organizado por El Economista.

La crisis será larga en el tiempo y profunda en sus consecuencias. Por eso, el gobernador del Banco de España ha animado a los bancos a que utilicen los colchones de capital para conceder créditos y así contribuir a la recuperación. El problema, sin embargo, es de demanda y no de oferta. Es decir, no hay demanda solvente, o es muy escasa, de créditos. Es lo que ha repetido el sector financiero desde hace años: no conceden préstamos porque no hay demanda solvente, no porque no tengan liquidez.

En cualquier caso, el llamamiento del supervisor, que sigue las pautas del BCE, constata que los recursos propios ya no son importantes y pueden reducirse sin temor, porque Fráncfort no volverá a apretar las tuercas hasta que la economía no se haya recuperado completamente.

Y en este contexto, ¿dónde quedan las fusiones bancarias? Hernández de Cos ha recordado que son un instrumento para reducir costes y aumentar la rentabilidad, pero ni mucho menos el único. Lo que sí parece inevitable a estas alturas de la película es que la mayor parte de las entidades tendrán que reducir costes, esto es, ajustar la plantilla.