El sector aéreo es uno de los más afectados por la pandemia del coronavirus, que hace peligrar la liquidez de las aerolíneas, acercándolas a la quiebra. Sus ingresos se desplomarán en 286.500 millones de euros este año, lo que supone un 55% menos, según la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), y podrían tener que gastar unos 55.600 millones de reservas de efectivo en el segundo trimestre, poniendo en peligro 25 millones de empleos que dependen de la aviación.

Esta organización ha empeorado, por segunda vez, en apenas mes y medio, su estimación de pérdida de ingresos por el Covid-19. A principios de marzo, la situaba como máximo en 104.600 millones, pero a finales de dicho mes, la elevó a 233.520 millones; y ahora lo ha vuelto a hacer, hasta los 286.500 millones. Además, estima que el tráfico aéreo caiga un 48% este año y que la recuperación será en forma de U “con viajes nacionales recuperándose más rápido que el mercado internacional”.

La IATA también ha aprovechado la ocasión para pedir apoyo financiero de los gobiernos para las compañías aéreas, algo que también han hecho estas… aunque podría derivar en nacionalizaciones forzosas. Así, “mantendrán las cadenas de suministro vitales funcionando durante la crisis. Cada empleo en las aerolíneas salvado mantendrá 24 personas más empleadas”, ha afirmado el CEO de IATA, Alexandre de Juniac. Además del apoyo financiero directo, insta a facilitar préstamos, garantías de préstamos, apoyo al mercado de bonos corporativos, bajar los impuestos sobre la nómina de sueldos pagados hasta la fecha y una prórroga del pago para el resto de este año, así como una exención temporal de los impuestos sobre los billetes y otros gravámenes.