Consejo de Ministros del martes 4 de mayo. Comparecen ante la prensa la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y la ministra portavoz, María Jesús Montero.

A la vicepresidenta le aburren los periodistas. Con agnóstica resignación escucha sus preguntas para pasar a responder con la siguiente muletilla pedantona:

-Vamos a ver…

Sólo le faltó añadir “pedazo de cacho de trozo” y a renglón seguido, suspirar: Señor, Señor, lo que hay que soportar a estos plumíferos ignorantes.

Se trata de un mecanismo defensivo ante preguntas incómodas… que se producen, inevitablemente, tras sus largas peroratas donde la pobre siempre se hace un lío.

Ejemplo, hoy, martes 4, nos ha explicado el decreto post 9 de mayo, cuando termina el Estado de Alarma, una aberración jurídica que nunca debió promulgarse, un verdadero liberticidio que en poco o en nada ha contribuido a vencer al virus y que una vez que ha reforzado el poder de Pedro Sánchez, ahora se traspasa a las comunidades autónomas por una sencilla razón: esto no hay quien lo aguante. Y cuando la gente estalle, cada día son más los que estallan, pues que protesten al Gobierno regional, no a Moncloa.

Y ahí es cuando doña Carmen exhibe su rostro más pétreo: nos explica que es tanto el respeto que sienten por el poder judicial, que lo que tienen que hacer los gobiernos regionales es forzar que los tribunales les respalden. Ole y ole.

Inmigrantes: España se lleva tan bien con Marruecos, que no dirá esta boca es mía cuando Rabat nos lance a los desesperados inmigrantes ilegales contra España, como si fueran misiles

Mientras tanto, y nadie le pregunta sobre ello y el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, vuelve a censurar a Hispanidad, doña Carmen Calvo continúa con su campaña cristófoba de “resignificación” del Valle de los Caídos. Ahora pretende blasfemar:

Pretende ubicar en Cuelgamuros un cuadro del majadero colectivo Costus, especialmente la muy artística estupidez del Cristo yacente, que no es sino un guarro en cueros, con un fondo sacro. Sólo por ofender.

Pero Carmen Calvo no lo hace por molestar a los católicos sino por resignificar, ¿comprenden? Por eso tampoco nos dice que ya deben más de 1 millón de euros a los monjes benedictinos, que no les pagan, a ver si se mueren de hambre y se largan. Ni tampoco nos habla de su propósito de convertir la cruz más grande de Europa en un monolito, símbolo masónico.

Mientras, Marisú Montero a lo suyo: es una embustera genial. Tras el ridículo hecho con el engaño fiscal en los papeles enviados a Bruselas, donde llevaron una subida de impuestos que negaban en España, Marisú, sin despeinarse, nos informa de que la culpa es de las elecciones, y que lo que pretende el Gobierno progresista no es reducir las exenciones por tributación compartida -otra de las maravillosas consecuencias del sistema progresivo de IRPF-, sino que la mujer no se desanime a la hora de entrar en el mercado laboral. ¿Comprenden? Era una cuestión de igualdad de género, una causa justa y progresista. Eso sí, por pura casualidad, el Estado recaudaría 3.000 millones de euros más. Pero se trata de eso: pura casualidad. Insisto, Marisú no es una mentirosa: es la más genial de todas las embusteras -y embusteros- que en el mundo han sido.

Se ha prorrogado el pago del alquiler, lo que está sirviendo para disparar la ‘okupación ilegal’. Dices que no tienes dinero y no hay propietario que te pueda echar

Inmigrantes. Doctrina oficial: España se lleva tan bien con Marruecos… que no dirá esta boca es mía cuando Rabat nos lance a los desesperados inmigrantes ilegales contra España, como si fueran misiles. La corresponsal de El Faro de Melilla le pregunta a Montero por los que ahora llegan nadando a Ceuta o los que cada vez con mayor descaro saltan la valla en Melilla, mientras los soldados y policías marroquíes les detienen y maltratan… o miran a Gibraltar, según convenga. Marruecos, cada vez provoca más mientras España dice que llueve.

En el entretanto, se ha prorrogado el pago del alquiler, lo que está sirviendo para disparar la ‘okupación ilegal’. Dices que no tienes dinero y no hay propietario que te pueda echar. Le llaman política social.

Sí, ya sé que es sólo para grandes propietarios pero las prórrogas obligatorias lo son para todos. Además, el efecto arrastre afecta a grandes y pequeños propietarios. Dices que no puedes pagar y echarte por vía judicial cuesta año y medio y mucho dinero. En esos 18 meses puedes dedicarte a subarrendar a una mesnada el piso por el que no pagas el alquiler a su legítimo propietario.

La guinda de la tarta: presume la vicepresidenta Calvo y la ministra portavoz de que no hablarán de política porque estamos en jornada electoral en Madrid. En primer lugar, sí lo han hecho pero lo lógico es que hoy hubieran celebrado Consejo de Ministros… y hubieran dejado la rueda de prensa para las ocho de la tarde con el cierre de las urnas.