Llegan más consecuencias del ‘efecto llamada’ del Gobierno Sánchez. Este miércoles, más de 100 inmigrantes han saltado la valla de Ceuta y han herido a siete guardias civiles. Los asaltantes han utilizado la violencia, cal viva, bolas de heces y armas para cortar la valla, según información de la Delegación del Gobierno. Es decir, la misma fórmula que ya usaron el pasado 26 de julio los 602 inmigrantes que saltaron la valla y atacaron a 22 guardias civiles. Pero no sólo eso, también el mismo sitio: la zona conocida como Finca Berrocal.

Los más de 100 inmigrantes que han saltado este miércoles han aprovechado la hora del rezo colectivo en la celebración del Eid al-Adha (fiesta del Sacrificio). Una vez dentro de Ceuta, se han dirigido hacia el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), que sigue colapsado y con varias tiendas de campaña en sus alrededores.

Este nuevo asalto llega tras el del 26 de julio, cuando entraron 602 inmigrantes y atacaron a 22 guardias civiles 

Estos sucesos y la presión migratoria que vive España sí que son un tema importante y urgente, no como la exhumación de Franco. Pero, por ahora, el Gobierno Sánchez prefiere mirar para otro lado y pasar de las consecuencias que tiene su ‘efecto llamada’ tras la primera acogida del Aquarius, aunque en la segunda su postura ya no fue tanto de brazos abiertos y fotos en el puerto.

El presidente del PP, Pablo Casado, ha visitado recientemente tanto Ceuta como Melilla, hablando de la presión migratoria y de que “el Gobierno no está haciendo nada”. Asimismo, ha subrayado que es fundamental en primer lugar “la defensa de nuestras fronteras y no olvidar que Melilla es la única frontera europea en el continente africano” junto con Ceuta. Por ello, considera que “la acción en nuestras fronteras debe ser coordinada con los países de la Unión Europea y con pleno apoyo a la Policía Nacional y Guardia Civil, que cumplen brillantemente su labor, a veces no con todos los medios que necesitan”. Y en segundo lugar, este control de fronteras debe ir unido a una política de cooperación y de solidaridad con los países de origen.

En la misma línea se ha pronunciado el portavoz popular en el Senado, Ignacio Cosidó, que ha tildado de "gran irresponsabilidad" la posible retirada de concertinas de Ceuta y Melilla, como anunció el ministro Marlarka, porque son "gestos" que dan a entender una "política de puertas abiertas".

La respuesta de Pedro Sánchez vía Twitter no se ha hecho esperar demasiado, una gran diferencia respecto al pasado 26 de julio cuando no comentó nada del ataque a 22 guardias civiles ni siquiera en la citada red social. Y a esto se añade el hecho de que desde que está en La Moncloa no defiende a la Guardia Civil, sino más bien todo lo contrario.

Policías y Guardias Civiles han pedido al presidente del Gobierno que proteja a los agentes en frontera más allá de sus tuits de apoyo. Veremos si el socialista les hace caso o no.