Coca-Cola European Partners (CCEP) mantiene los 360 despidos en España, que suponen el 10% de su plantilla… y ha resurgido el conflicto laboral, pues los sindicatos han convocado tres días de paros. En concreto, de tres horas para el día 15 y de 24 horas para los días 18 y 22, así como concentraciones en las puertas de las plantas, según informa ABC.

La ‘megaembotelladora’ europea que preside Sol Daurella ha vuelto a la carga contra España con el anuncio de 360 despidos en las áreas de comercial, atención al cliente e informática. Lo vende como una reorganización, optimización y homogeneización en sus modelos de comercialización y distribución. Sin embargo, el sindicato CSIF ha señalado que no ha acreditado que existan causas técnicas, productivas ni organizativas para dichos despidos y advierte de que obedecen a una voluntad de externalización y supresión de posiciones fijas de empleo. Asimismo, considera que los despidos deberían ser bajas voluntarias y recolocaciones, pero “bajo ningún concepto bajas traumáticas”.

CSIF señala que no existan causas técnicas, productivas ni organizativas para los despidos y advierte de que obedecen a una voluntad de externalización y supresión de posiciones fijas de empleo

Es cierto que CCEP ha tenido unos malos resultados en 2020 (el beneficio menguó un 54,5%, hasta 498 millones de euros, y los ingresos bajaron un 11,5%, a 10.606 millones) y que Iberia -España, Portugal y Andorra- fue el único mercado europeo donde las ventas caen a doble dígito (-22%), pero esto no le ha impedido elevar su oferta por la embotelladora australiana Amatil ni repartir dividendo. Conviene recordar que los 360 despidos llegan después del cierre de la planta de Málaga, que estaba centrada en el canal Horeca -hoteles, restaurantes y cafeterías-, al tiempo que presume de apoyar a los bares, con traslados a la fábrica de La Rinconada (Sevilla) -que ahora es la más grande de Europa- y prejubilaciones de sus 80 empleados. También ha cerrado dos fábricas en Alemania.

Cierres y despidos que inevitablemente hacen pensar en lo ocurrido hace algunos años en España. En 2014, Coca-Cola hizo un ERE, pese a tener jugosos beneficios, y cerró las plantas de Colloto (Asturias), Palma de Mallorca, Alicante y Fuenlabrada, dejando más de 800 despidos. Como bien saben, el fin de la planta madrileña, antaño vista como emblema y que era la más grande de Europa, desencadenó un largo conflicto laboral que duró años y que acabó en noviembre de 2018 vía prejubilaciones. Además, no hay que olvidar que la deslocalización de la producción de Madrid a zonas como Barcelona, Valencia o Sevilla, ha disparado los costes de transporte.