• La otra pata del Duopolio también se forra pero mucho menos.
  • La publicidad emite sus anuncios donde puede. Y a lo mejor sólo puede en la telebasura.
  • En cualquier caso, la salud de Atresmedia no es preocupante. Lo que sí es preocupante es el duopolio de la industria de los medios.
  • Y su modelo da síntoma de agotamiento.
Mediaset, a base de no hacer televisión, se está forrando. Ya lo vimos ayer. A base de hacer programas baratos, con nulo guión y personajes raros, con una aportación social nula y culturalmente negativa, aumenta sus ingresos y multiplica por dos su actividad en poco tiempo. Pero no le echen la culpa a la publicidad, ellos no tienen la culpa. Emiten sus anuncios donde pueden, o mejor dicho, donde está la gente, donde está lo que ellos denominan su target. Por tanto, la culpa es nuestra, por tener un televisor cada vez más grande en nuestro salón, en la habitación o en el despacho que preferimos no apagar. Y esa culpa se refleja en los resultados presentados por Atresmedia en el primer semestre de 2017, aunque de una manera algo más discreta, con una política diferente, pero igualmente están rentabilizando la mejora de la actividad económica. Y esto no es tan evidente en los resultados que presentan, bastante modestos en general si lo comparamos con la competencia, con signos de agotamiento. El presidente, José Creuheras (en la imagen) debería pensárselo dos veces. Sus ingresos netos se han visto incrementados en un 1,2%, hasta los 550,8 millones de euros, y sólo el aumento de los gastos de explotación en un 2,3% ha derivado en una reducción ligera de su EBITDA hasta los 116,5 millones de euros. Todo lo anterior deriva en un resultado neto similar al obtenido en el mismo periodo del ejercicio anterior, con un leve incremento del 0,1%, o sea, nada. Por divisiones, podemos ver la nueva orientación y oportunidades de negocio del mercado televisivo y de los medios. Los ingresos que realmente han manifestado un incremento importante son los contemplados en la categoría de "otros", con un aumento de más del 81%. Los ingresos por TV reflejan una disminución leve (-0,9%) y los de radio un incremento del 1,9%. No obstante, su EBITDA aún se concentra de manera importante en el ámbito televisivo, al representar prácticamente el 80% del mismo. Esta tendencia de ingresos se soporta necesariamente en la cuota de mercado que soporta Atresmedia. Según datos de Arce Media su cuota de mercado es del 42,9%, toda una verdadera barbaridad, que refleja el duopolio de medios que actualmente tenemos, algo nada sano en el largo plazo. Con los datos de Kantar el porcentaje de audiencia es del 26,7% de total. Desde el punto de vista del balance los datos reflejan un aumento importante de los medios líquidos respecto al cierre de 2016, con un total de 21,7 millones de euros con relación al 1,6 millones de dicho periodo, un aumento de 20,2 millones respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. No obstante, el flujo neto de actividades de explotación explica de manera importante la evolución del grupo, con una generación de caja de 101,1 millones de euros frente a 57,3 el año pasado por estas fechas. Las actividades de inversión vaticinan el optimismo con el que se enfrenta en el futuro, con un aumento de más de 10 millones; asimismo el incremento en el reparto de dividendos evidencia que las expectativas del grupo no son malas, pese a que sus datos no sean sorprendentes, y mucho menos si lo comparamos con la competencia. Y todo lo anterior, debe enmarcarse en la reducción del endeudamiento del grupo en el largo plazo, y especialmente en el aumento del patrimonio neto en cifras cercanas a los 20 millones de euros. En definitiva la salud de Atresmedia no es preocupante. Lo que sí es preocupante es el duopolio de la industria de los medios. Por tanto, preocúpense por algo más importante, vivimos en un filtro burbuja. La realidad que nos ofrece la televisión es el mundo amable en el que nos gusta vivir, en el que confirmamos nuestros gustos y alimentamos nuestras creencias. Si Eli Parisier, en su terrorífica novela El filtro burbuja: cómo la red decide lo que leemos y lo que pensamos desgrana como la red personaliza lo que vemos a base de cookies, esa selección la estamos haciendo permanentemente con los canales de televisión que vemos. Y esa selección no nos deja ver realmente lo que está sucediendo. La única recomendación es escapar de este mundo, algo que sólo podremos apreciar con una reducción de los resultados de las empresas del duopolio televisivo. Apague el televisor y vea, sencillamente. Rodrigo de Silos rodrigode@hispanidad.com