Sr. Director:

Estaba a punto de concluir una JMJ muy novedosa. El enfoque regional permitía abordar de frente cuestiones de urgencia que afectan a los países de la zona. Y es que tras las caravanas de migrantes que han protagonizado la actualidad existen situaciones de violencia y de ausencia de alternativas que expulsan de sus países sobre todo a los jóvenes. De ahí el llamamiento que les dirigía el Papa a comprometerse por una sociedad más justa, al tiempo que pedía a toda la Iglesia que redoble sus esfuerzos para afrontar estos problemas. Cambiar la mirada sobre el migrante, evitando verlo como “portador de mal social”, es una responsabilidad que afecta de manera especial a los creyentes en un Dios Padre de todos.