Sr. Director: 

Formar parte del Gobierno de España no significa saber gobernar. Tomar decisiones y administrar recursos es una tarea ardua que obliga a estar al pie del cañón, planificar de cara al futuro, bajar a la realidad y escuchar. El Vicepresidente del Gobierno de España no parece tener tiempo para esas cosas. Su partido siempre ha sido más amigo de la agitación. Y eso es, precisamente, lo que ha estado haciendo en los últimos meses.

A la espera de lo que diga la instrucción judicial sobre las cuentas de Podemos, queda claro que las informaciones reveladas por el ex abogado Calvente son un varapalo que, cuanto menos, está causando estragos en la salud emocional del partido morado. Pablo Iglesias ha desaparecido de la escena política, mientras la ministra de Igualdad regala posados a la prensa y el Secretario de Organización de Podemos prescribe jarabe democrático a través de las redes. Y esto último, viniendo de un partido que constituye una de las dos mitades del Gobierno de España es, si más no, preocupante.