Sr. Director:

Los políticos deberían ser meros gestores, meros administradores de nuestros impuestos, profesionales dedicados en exclusiva a obtener los mejores servicios públicos para la mayor parte posible de la sociedad.

Pero no. Son vividores de lo público dedicados a culebrones como el de Cifuentes.
Imagínate una empresa cualquiera en la que un grupo de mandos intermedios (nuestros políticos) dedicaran jornadas y jornadas laborales a discutir sobre la titulación de uno de ellos.

¿No serían despedidos por sus jefes (los contribuyentes) inmediatamente fueran descubiertos?