Ni Margarita Robles, portavoz del PSOE, empeñada en establecer equidistancias entre los etarras y su víctimas -perdón entre el PP y los separatistas- ni Podemos, perdido en una trabalenguas intelectual en el que no se sabe quién es el lobo y cuál es el cordero, ni Puigdemont (en la imagen junto a Rajoy), que sabe que ha perdido la batalla pero se empeña en continuar enviando sus mesnadas a la guerra, mientras Rajoy sigue sentado a la puerta viendo cómo pasa el cadáver de su enemigo. No se engañen, la batalla de 1-O la ha ganado el Gobierno central y por goleada. Ahora bien, el 2-O Rajoy, vencedor de la batalla contra los separatistas, tendrá que ganar la batalla de Cataluña que, consistirá, más menos, en que el vendido se siente menos derrotado y menos necio. Y ahí es donde algunos dudamos de la capacidad de Mariano… que nunca debió permitir que las cosas llegaran donde han llegado. Mientras tanto, mantengamos el humor. Eulogio López eulogio@hispanidad.com