El Estado Islámico asesina cristianos mientras Obama se preocupa por las armas en USA. Y es cierto que resulta preocupante el acceso a un fusil automático, pero mucho más cuando lo empuña un fanático islámico. En el entretanto, Oriente medio estalla por el enfrentamiento entre chiítas y sunitas. El día 21 de enero, los salvajes del Estado Islámico asesinaron a 17 cristianos en la ciudad siria de Qamishli. Dos explosiones contra locales cristianos en barrios cristianos. 14 de las 17 víctimas mortales eran cristianos. Cristianos que estaban acostumbrados a vivir con la tranquilidad de que se respetaba su religión su pensamiento y su modo de vida. Bashar al Asad podía ser un dictador pero un dictador que cuidaba la libertad religiosa. Ahora los musulmanes les asesinan por ser cristianos. Y mientras el cristiano -creo- más poderoso del mundo, un tal Barack Obama insiste contra viento y marea, y contra todo sentido común, en que hay que derrocar a Bashar al Asad y que, lo importante, lo que va a llevar su último tramo de legislatura (¡Menos mal que es el último!) es la lucha contra la venta de armas en Estados Unidos. Hombre, no digo yo que hay que limitar la venta de armas, sobre todo de gran capacidad de destrucción (armas automáticas, por ejemplo) pero no es lo mismo un arma en manos de norteamericanos para defender el norteamericano más débil del más fuerte, que un arma en manos de un fanático islámico. En el segundo caso, hasta una navajita puede convertirse en un arma de destrucción masiva. Obama es como esos malos cristianos que se ensañan con sus "hermanos en la fe" mientras se muestra extraordinariamente indulgentes con los extraños. Hispanidad redaccion@hispanidad.com