La fortaleza de la divisa castiga las exportaciones, pero culpa a las esferas de Washington. El presidente del BCE (en la imagen) ha sido claro sobre la nula posibilidad de subir tipos este año, pero ha admitido, ¡oh cielos!, que podrían empezar a subir en 2019, dos años después del cambio de onda en la política monetaria de la Reserva Federal de EEUU. Es decir, demasiado tarde. Lo que preocupa a Draghi, por encima de los demás, es la inflación y que se acople al objetivo del 2%. Lo mismo respecto al programa de compra de activos, con el que sigue resistiendo las presiones alemanas. Es más, ha dicho que ese debate ni ha comenzado todavía en el seno del BCE. Pero no ha querido aventuran un final en el calendario, gradual o en seco, o que incluso se podría ampliar, en función de las circunstancias económicas. Pero ha tenido poco reparos en culpar a EEUU de la revalorización del euro, que castiga las exportaciones europeas y podrían impactar en el crecimiento económico. En concreto, el nuevo secretario americano del Tesoro, Steven Mnuchin, por su cruzada a favor de un dólar débil para sanar la economía americana. Hispanidad redaccion@hispanidad.com