No sé por qué se enerva el personal con el llamado desafío independentista catalán. Si lo observas detenidamente, en cada una de sus estaciones, el asunto es enormemente divertido. Por ejemplo, Artur Mas (en la imagen) realizó un discurso tan lógico como delirante. Quien se atiene a la lógica siempre acaba en el delirio, en su estilo. En un momento dado, don Artur pidió la creación de un Banco Central de Cataluña. ¿Para qué? Pues, al parecer, para inspeccionar a los bancos catalanes y para defender al consumidor. Bueno verá, la función de un banco central es emitir moneda. Pero claro, don Artur sabe lo que valdría el catalino. Lo mismo que el eusko que pretendía el nacionalismo vasco cuando ETA asesinaba una vez por semana. Además, aunque el Banco Central de la República Catalana se dedicara a inspeccionar bancos, don Artur sabe perfectamente que Caixabank y Sabadell, las dos grandes entidades, se marcharían corriendo en cuanto se declarara la Presidencia. El Sabadell a Madrid, Caixabank a Pamplona o a Palma de Mallorca, es decir, a la pérfida España (también conocida como Estado español) para poder trabajar en euros. Hispanidad redaccion@hispanidad.com