Sr. Director:



Pese a que la derecha ha sido el partido más votado en las elecciones del domingo pasado, la actual ley electoral faculta la coalición que han hecho los partidos de izquierda (socialistas y comunistas), que de nuevo gobernarán.

 

La conclusión es que si en esta ocasión -como así pronosticaban erróneamente todas las encuestas- la derecha no ha conseguido mayoría absoluta, será difícil mejor oportunidad. Lo que pone de manifiesto que Andalucía sigue siendo, mayoritariamente, de izquierdas.

La derecha obtiene una amarga victoria, que se traduce en que le han votado 163.000 votos menos que en las autonómicas de 2008, y 419.000 votos menos que en las generales de hace cuatro meses, continuando, después de treinta y dos años, en la oposición. La campaña de la derecha ha sido de perfil bajo, centrándose en la corrupción, aspecto que no ha inmutado al electorado. Al electorado andaluz le ha inquietado más la reforma laboral,  la posibilidad de restringir el Estado del Bienestar y la cultura de la subvención.

Hay que admitir que, en las zonas rurales de nuestra Comunidad, todavía no es posible, ideológica y culturalmente, políticas que no sean de izquierdas; en donde la derecha, hasta ahora, ha sido incapaz de explicar su discurso. Con estos resultados electorales, Andalucía se convierte en el ariete de la reconquista de la izquierda, ante el Gobierno de la Nación. Hasta el punto que desde Ferraz han diseñado el guión de desgaste para los próximos cuatro años. Desde Europa, Alemania, y los mercados financieros se ve con reticencia este triunfo electoral, y la posible helenización en nuestro país, con la huelga general de ayer, ante las reformas.

Al Gobierno no le queda más remedio que cumplir el plan trazado, y buena prueba de ello serán los muy exigentes Presupuestos que este viernes, Nuestra Señora de los Dolores, conoceremos. El tiempo, a corto y medio plazo, nos dirá quién lleva razón: el Gobierno y Europa, o la oposición y los sindicatos.

Javier Pereda Pereda