El Universo cinematográfico Marvel dedica un film a desentrañar el pasado y la infancia de uno de sus personajes más carismáticos: Natasha Romanoff, conocida como Viuda Negra. El resultado es una de las mejores películas de esta saga de Vengadores, un thriller de espías que deja sin respiración al espectador por su acción trepidante.  

El arranque del film nos traslada hasta EEUU, donde una familia huye por la noche de su hogar, perseguida incansablemente no sabemos por quién. Pronto descubrimos que son infiltrados soviéticos a los que reciben con todos los honores en Cuba aunque, nada más aterrizar, las dos niñas son separadas de  forma brutal de sus padres con un destino aciago. Años más tarde, Natasha Romanoff, convertida ya en Vengadora, deberá enfrentarse a su pasado y salvar lo que merece la pena. Más elaborado el argumento que otras películas de la franquicia, Viuda negra también es más profunda porque incide en la familia, en la importancia de lo que sucede en la infancia para la formación de la personalidad, y su felicidad, y se detiene, especialmente, en la complicada relación entre dos hermanas, de carácter fuerte y presencia brillante, cuyas escaramuzas dan lugar a secuencias espectaculares. A este respecto llama la atención lo bien filmadas y dosificadas en tiempo que están las múltiples persecuciones y peleas que hay en el film que, a consecuencia de esto, nunca llegan a aburrir.

El tema de espías infiltrados soviéticos en EEUU bajo la apariencia de una familia normal, en plena Guerra fría, se ha abordado en varias ocasiones en el cine y también en la recomendable serie televisiva “ The Americans “, en ellas siempre se contempla el dolor de los niños al cambiar totalmente de vida y pasar de la libertad de un país democrático a volver a sufrir la represión. En el caso de esta película se da un  paso más porque también refleja el sometimiento y control de las actuaciones de seres humanos privados de cariño, mientras nos introduce en una trama conspiratoria que no tiene desperdicio.

Scarlett Johansson está magnífica en su ya conocido personaje, pero la que asombra por el magnetismo que desprende es la británica Florence Pugh (Amy en Mujercitas, de Greta Gerwig) que con su rictus y flema “borda” literalmente el papel  de la resolutiva y rebelde Yelena Belova, la hermana de la Vengadora. A esta joven intérprete ya se la ve como una de las próximas estrellas del firmamento cinematográfico, y méritos no le faltan.

Para: los que les gusten las películas entretenidas que también tengan “chicha” argumental.