Antes de pasar con el caso de okupación con el que inauguramos el lunes, debemos tener presente que la okupación es un bulo, según Sánchez: es más, si hay algún caso en el que una persona esté viviendo en una casa que no es de su propiedad, es porque es vulnerable.
Casualidad absoluta fue la semana que dejamos atrás, con noticias de violencia por parte de okupas a diario: en Pozuelo de Alcorcón, con Carlos, a quien apedreaban sus okupas, en San Sebastián, con desalojo por una pelea que dejó dos heridos, en Cataluña, con un edificio en riesgo de derrumbe por los destrozos causados por los okupas. O en Madrid con amenazas de muerte a la propietaria o con Vicent, único inquilino legal de un edificio de 22 pisos, el cual ya se ha marchado porque uno de sus vecinos okupas le rompió la mandíbula.
Llamemos también casualidad al caso de hoy, en el que una vivienda de la calle Zarzuela de la ciudad de Toledo ha ardido este sábado. Policía Nacional, Policía Local, así como bomberos y una UVI, se han desplazado hasta la zona. El fuego ha provocado la caída de la cubierta y posteriormente los bomberos informaban de que el inmueble se ha derrumbado por completo.
¿El motivo? "Hubo una pelea" en este edificio "bastante grande con okupas" y "se quemó un contenedor".
Insistimos, casualidad, okupas y violencia no están unidos, básicamente porque nuestro presidente nos ha prometido que los okupas no existen.