El Vaticano publica el documento sobre "presuntos fenómenos" sobrenaturales. Lo de "presuntos" ya da pistas sobre su contenido. Hasta ahora eran los obispos los que decidían si un suceso sobrenatural es cierto o falso. Ahora será el Vaticano, aunque esto ya ocurría.   

El Vaticano y en concreto el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, del inefable arzobispo cardenal Víctor 'Tucho' Fernández, ha elaborado el esperado "Normas para proceder en el discernimiento de presuntos fenómenos sobrenaturales". 

El nuevo texto del cardenal Víctor 'Tucho' Fernandez, ya ha conseguido algo: que, de entrada, el fiel no admita el milagro. Es el primer paso para sospechar de todo lo sobrenatural y para terminar en lo antinatural

Oiga, lo de "presuntos" ya da pistas sobre lo que podríamos llamar la psicología del documento. Es más, Alfa y Omega dedica al documento una crónica titulada: "Roma quiere proteger a los fieles de engaños". Reportaje aderezado -es la psicología, estúpidos, la psicología- con un mapa de apariciones 'presuntamente falsas' en las que han introducido a Medjugorje, -hay que ser miserablemente progre- y han tenido la delicadeza de no poner Garabandal, a lo mejor porque algún director de Alfa y Omega ha acudido a la aldea cántabra.

Se ha interpretado, aunque no lo dice así el texto, un poquito pelma, la verdad, como un más próximo papel del Vaticano, del Dicasterio, a la hora de determinar si una aparición de la Virgen María, el hecho sobrenatural más habitual del momento, es cierto o falso... que es lo único que al fiel cristiano le interesa saber.  

De hecho, la pregunta que viene a la mente es: ¿Y para qué se ha escrito esto?

Acuérdense de Garabandal y Medjugorje: censurar a la Virgen no es bueno, silenciarla es imposible

Se sigue manteniendo la autoridad del ordinario del lugar aunque, insisto, la labor de supervisión de Roma se hace, no diría yo más intensa, pero sí más transparente, desde Roma. Pues entonces...

Recuerden la dos apariciones marianas más famosas de la segunda mitad del siglo XX: la española de Garabandal (Cantabria) y la precitada de Medjugorje, en Bosnia. En ambos casos, los ordinarios del lugar se colocaron visceralmente en contra de la sobrenaturalidaid de las apariciones: todo mentira, alucinación colectiva. Tanto, que desde Roma, Pablo VI en Garabandal, como Juan Pablo II (Medjugorje) respetaron la voluntad de los prelados aun cuando ambos creían en la veracidad de ambos acontecimientos. 

Pablo VI, al rebufo de Garabandal, incluso levantó la prohibición de acudir a los lugares de apariciones marianas aunque los oriundos del lugar, lo hubieran condenado.

Tanto los videntes españoles como los de la antigua Yugoslavia, fueron perseguidos, las unas por el clero, los otros por el clero y por los comunistas de la entonces dictadura yugoslava del mariscal Tito, que se ensañaron con ellos hasta la tortura. Y no obstante, la gente continúa hoy, 63 años después, peregrinando a Garabandal y por todo el mundo se extiende la sentencia del Aviso/milagro/castigo, que la Virgen María revela a Conchita y sus compañeras, como continúa hoy 43 años después, arrodillándose en Medjugorje, convertida en capital mundial de la confesión, como si la humanidad tuviera que trasladarse a una alejada aldea bosnia para recuperar el sentido del pecado.

No conviene negar a la Madre de Dios en esta etapa fin de ciclo porque la Señora se ha convertido en la protagonista principal de la historia humana

En resumen, el nuevo texto del cardenal Víctor 'Tucho' Fernández, ya ha conseguido algo: que, de entrada, el fiel no admita el milagro. Es el primer paso para sospechar de todo lo sobrenatural y ya se sabe que cuando no se cree en lo sobrenatural se acaba por no creer en lo natural y terminar en lo antinatural. Censurar a la Virgen no es bueno, silenciarla es imposible.

Pero lo que más me preocupa es que podemos pagar muy cara esta falta de confianza en Dios. Créanme: no conviene negar a la Madre de Dios y menos en esta etapa fin de ciclo, porque la Señora se ha convertido en la protagonista principal de la historia humana.

Termino: el Vaticano certificará las apariciones marianas para evitar fraudes. Y cuando se trate de un hecho sobrenatural, de un milagro verdadero, ¿también lo certificará como cierto?