El historiador Javier Barraycoa ha escrito un artículo en 'Ahora Información' en el que cuenta la historia del alcalde de Lérida, Joan Rovira i Roure, que fue asesinado el 27 de agosto de 1936, entre otros motivos, por haber autorizado celebrar la cabalgata de los Reyes Magos en enero de 1936.

alcalde de Lérida, Joan Rovira i Roure

 

Según cuenta Barraycoa, el 18 de agosto de 1936 fue detenido en la ciudad en la que hasta pocos meses antes había sido alcalde. Su detención fue acompañada de otros dirigentes políticos que junto a otros miembros de la candidatura del Frente Catalán de Orden en las elecciones generales españolas de febrero del 1936. El 27 de agosto fue juzgado por el «Tribunal Popular», esto es, un teatrillo montado por el P.O.UM. que se había hecho con el poder en Lérida. La propia Generalitat alegó su inmunidad parlamentaria pero no hizo nada para librarle de la prisión donde sufrió torturas. El juicio fue sumarísimo, negándosele la posibilidad de defensa. Fue condenado a muerte, entre otros motivos, por haber autorizado celebrar la cabalgata de los Reyes Magos en enero de 1936. Las manifestaciones religiosas estaban reprimidas por la República y en muchas poblaciones la izquierda había prohibido cabalgatas por «religiosas y monárquicas». La noche del 27 de agosto, Joan Rovira fue transportado al cementerio de Lérida, fusilado y enterrado en una fosa común. Uno de los enterradores del cementerio, que declaró en la Causa General, aseguró que el exalcalde murió perdonando a quienes le habían torturado en la «checa» y le fusilaban en ese momento, a la vez que «invocaba a Jesucristo». En la actualidad se encuentra abierta la causa de su canonización.

Lluís Companys había elaborado una ley que prohibía en Cataluña todo festejo relacionado con la Navidad, simplemente por sus raíces religiosas, como la Misa del Gallo, la Cabalgata de los Reyes o el popular «Cagatió». Eran tiempos en los que Cataluña había enloquecido. La persecución hacia este mártir no terminó con su muerte. La checa revolucionaria trotskista que gobernaba Lérida ordenó que sus dos hijos mayores, de cinco y cuatro años respectivamente, debían ser enviados a Rusia para ser «reeducados». Mayor crueldad posmortem era impensable. Sin embargo, en febrero de 1938, Ana María Tarazona, esposa de Juan Rovira, en un acto de valentía –y para salvar a sus hijos del comunismo– se aventuró a cruzar las líneas hacia la España Nacional, con sus dos hijos mayores y con el menor, que a la sazón tenía un año, añade Barraycoa.

Mientras estas cosas ocurrían, el 10 de enero de 1937 en Valencia se celebró una «Cabalgata Roja». El motivo fue la llegada de Largo Caballero y el Gobierno republicano a la capital del Turia. La Cabalgata de Reyes se sustituyó por una «Semana Infantil» que incluía, como las fiestas navideñas, una cabalgata festiva y regalos para los niños. La nueva cabalgata la organizó el Ministerio de Instrucción Pública, en manos del comunista Jesús Hernández Tomás. El Ministro la transformó en una exaltación de la URSS y sus dirigentes como Stalin.