presentación a tres bandas
He tenido recientemente la oportunidad de compartir y participar en la presentación de tres novelas del sello Librando Mundos, en la que convergimos dos autores y yo. Dirigió el acto el mediático Cake Minuesa que, como no podía ser de otra forma, hizo un breve espectáculo gracias a un juego de entrevistas a tres bandas que consiguió que fuese una actuación literaria dinámica y divertida, quizá no muy sesuda, como se empeñan algunos en convertir estos eventos, formando en ocasiones verdaderos mamotretos aburridos que alejan a cualquiera que se acerque a ellos.
Vivimos tiempos muy visuales, quizá sea este uno de los puntos calientes de la crisis de la lectura de nuestros días. También son tiempos donde el ocio dirigido e intervenido gana salones y resta gente en la calle, ya sea en el cine o en la montaña. Tiempos que imponen un ritmo frenético que apenas nos deja tiempo para leer, y no digamos para pensar. Tiempos en los que los conocimientos son solo interesantes si valen para ganar más dinero o divierten sin más.
Vivimos tiempos muy visuales, quizá sea este uno de los puntos calientes de la crisis de la lectura
Los tres títulos que presentamos eran una verdadera antítesis, cada uno de ellos con los demás, desde el punto de vista de estilo y temática. La verdad es que Librando Mundos es un sello que recoge curiosidades narrativas sin una línea definida. Mayormente de autores poco conocidos, pero con una trayectoria existente en su carrera literaria. Pero creo que lo mejor es presentarles cada uno de los títulos para que comprueben que libros buenos y entretenidos los hay también sin la necesidad de los clásicos o los betsellers, impulsados en el mercado gracias a planes de comunicación importantes y/o en muchas ocasiones de carácter global para impactar más cuando el título llega a mercados nuevos que se nutren de la inercia ejercida en el país de origen.
Empezando por las mujeres: la primera novela que se presentó fue Aceptamos bruja como amiga íntima y nos vamos de "shoping" con ella, de Miriam Lavilla. La novela en realidad es un recopilatorio de anécdotas de entre mujeres, en la que en cada capítulo dibuja un perfil de mujer actual pero todas ellas unidas por el fino hilo del pasado que compartieron en la escuela, resultando que al cabo de los años cada una de ellas es diferente. La narrativa de Lavilla es ágil y divertida, se lee del tirón y desde luego engancha, pero... ¡engancha sobre todo a ellas! Porque Miriam Lavilla escribe literatura divertida y entretenida, una mujer que escribe para mujeres, pero no por un acentuado efecto feminista, nada de eso, sino porque como ella dice: "entre nosotras nos comprendemos mejor, sabemos lo que queremos decir cuando hablamos de unas y otras". El libro se encabeza en cada capítulo con una ilustración a color que le da bastante vida a la narración, aunque en mi opinión no lo necesita porque realmente tiene vida propia y divierte -insisto, más a ellas-. Sin duda, un regalo ideal de navidad para las que tengamos cerca de nuestras vidas porque entre sus páginas encontrarán a su compañera de trabajo, a la vecina del quinto o a la hermana maniática que todos podríamos tener.
El ritmo frenético de hoy en día apenas nos deja tiempo para leer, y no digamos para pensar
La segunda entrega de la presentación le correspondió a El secreto de la Capilla Dorada, de Julián Espinosa de los Monteros. Primera obra literaria del autor, cansado ya de escribir ensayos y publicaciones técnicas, que se atrevió a fustigar su imaginación con el fin de desempolvarla y le salió este magnífico thriller con el que nos hace recorrer todas las calles de Madrid y en especial los monumentos o lugares más emblemáticos de la ciudad. Una historia de persecuciones constantes, en la que una joven pareja encuentra una documentación que supuestamente protege el secreto que hará que un misterioso grupo llegue a dominar a la sociedad. Por lo tanto, serán perseguidos, acosados, estarán a punto de morir varias veces y lucharán de forma casi imposible por salvar la vida hasta llegar a un lugar -que me reservo el nombre para evitar hacer spoiler o destripar la historia- que está tan de moda hoy como lo estuvo hace 40 años... La trama es muy viva y es recomendable para todos los públicos (y públicas, que dirían nuestras ridículas izquierdas), porque a lo largo de la historia también hay connotaciones románticas.
Y, por último, le tocó a un servidor. Tuve la ocasión de hacer llegar a los presentes la síntesis de lo que es Dentro de la caja del violín, que a diferencia de mis anteriores obras es de corte surrealista. En ella trabajo la idea de cuál es nuestro papel en el teatro de la vida... ¿Hasta qué punto somos libres de decidir nuestra propia libertad? Ese es el trasfondo de esta historia en la que el protagonista la cuenta en primera persona, desde el manicomio en el que está encerrado y que nunca supo cómo llegó hasta él. Son los doctores que le tratan los que le animan a escribir su historia, que en sí es la novela que narro. Entre parte y parte de la trama, como si fuese un intercalado de los pensamientos puestos en voz alta del protagonista, hay comentarios sobre qué y cómo le tratan en el psiquiátrico donde está ingresado. En la historia, encontrará el lector personajes extraños que interpretan diferentes papeles según las circunstancias del argumento. Personajes como un enano con mala aleche, un chino enigmático que mira mal a todos, una mujer loca que grita sobre sus derechos o un ciego que toca el violín y termina abduciendo al joven que cuenta su inexplicable vida desde el manicomio.