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Pedro Sánchez lo ha conseguido. Su afán por sí mismo no le permite mirar más allá y no siente ni vergüenza, ni problemas de conciencia. Todos lo sabemos, incluso él mismo, que lo que hace no es por España, no es por usted, ni por el de más allá, ni por mí, lo hace por el poder, del que es incapaz distinguirse de su persona. Esta misma egolatría le ha llevado al ridículo del mentiroso que se contradice constantemente y que, sin embargo, sigue hacia adelante. El colmo de un mentiroso es mentir sobre sus mentiras, es decir, hacerse trampas al solitario y en esto, Sánchez y el partido socialista son campeones. Esa ansia de estar en el poder por el prurito de tener el poder, le lleva a su máxima debilidad, porque está dispuesto a todo, a vender lo que sea por seguir siendo presidente.
Desde el pasado septiembre, cuando comenzaran las negociaciones con los separatistas, los filoetarras y el aglomerado de Sumar, en abierto -porque en cerrado ya estaban haciéndolo hacía meses-, ha llenado de asombro a todos, incluidos los propios afiliados o simpatizantes socialistas, para alcanzar un gobierno de acuerdos para votar a Sánchez. La esperpéntica relación entre el Gobierno y Junts es algo que, si no fuera tan grave, estaríamos hablando de una comedia con guion de los hermanos Marx. El sujeto principal actual de la negociación es la amnistía y, de momento, creían haber encontrado acomodo al terrorismo, que por lo visto ahora se divide en bueno y malo. Con esta treta, pretenden dejar fuera de tal acusación a los dirigentes del procés, es decir, a los que promovieron las consultas independentistas el 1 de octubre de 2017 y los actos vandálicos de unos días después. Pero, tarde o temprano, se van a encontrar en el Senado, es decir, con el muro del PP. Así que Junts ha preferido tumbarles la ley que tan cuidadosamente habían tejido con argucias legales y doblando la cerviz a la Constitución, porque como se veía venir, buscan el cien por cien de la protección de Puigdemont. Así, con esta humillación al Gobierno de España, para exigir -otra vez a exigir- más blindaje, porque saben que si acaso lograran salvar el Senado, les quedaría otro paso más importante: el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Como era de esperar, y para sorpresa del PSOE y del propio Sánchez, Junts se ha encargado con su "no" en las votaciones del pasado día 30 de enero de frenar el avance de la ley de Amnistía, lo que les obligará a cruzar una nueva línea roja del gobierno, que se saltarán. Pero no todo va a ser tan fácil, y ahora lo explico.
Esa ansia de estar en el poder por el prurito de tener el poder, le lleva a su máxima debilidad, porque está dispuesto a todo, a vender lo que sea por seguir siendo presidente
El juez Manuel García-Castellón, viendo por dónde se escapaba de nuevo el prófugo, ha puesto en marcha tres medidas de convenios internacionales existentes por las que sujetar al llamado Tsunami Democràtic. Quizá el más importante de estos es el Convenio Internacional para la Represión de la Financiación del Terrorismo que data de 1993. García-Castellón se está convirtiendo en el azote de las tropelías del Gobierno y sus perversos acuerdos, basados en la debilidad de un presidente mentiroso y egocéntrico. La semana pasada, el juez apuntó a la conveniencia de recordar que era «incompatible con el derecho a la vida e integridad física reconocido en el artículo 15 de la Constitución, y el artículo 2 del Convenio Europeo de los Derechos Humanos», lo que dejaba sin cuartelillo a la Ley de Amnistía, y de ahí llegó la sesuda reflexión de los negociadores para distinguir entre terrorismo bueno y terrorismo malo… ¡Hay que ser ruin y despreciable para escupir a la cara a las víctimas que lo siguen siendo y a las que han dejado sin verdugo!
Sin embargo, en otra de sus implacables medidas y buenos reflejos jurídicos, García-Castellón ha aplazado seis meses más la instrucción incluyendo el artículo 1 del Convenio del Consejo de Europa para la Prevención del Terrorismo relacionado con la seguridad de la aviación civil, que data de 1971. Y otro más, sobre los protocolos para la represión de actos ilícitos de violencia en los aeropuertos que presten servicios a la aviación civil internacional, en el que dice que comete delito «quien por el medio que fuere, directa o indirectamente, ilícita y deliberadamente, provea o recolecte fondos, o a sabiendas de que serán utilizados, en todo o en aparte» contra la seguridad la seguridad de la aviación civil.
El juez Manuel García-Castellón, viendo por dónde se escapaba de nuevo el prófugo, ha puesto en marcha tres medidas de convenios internacionales existentes por las que sujetar al llamado Tsunami Democràtic
Dicho esto, y que podría decir mucho más, los negociadores se encuentran en una posición complicada. Desde luego quien peor sale parado es Sánchez, al que dejará colgado de la brocha en cuanto Puigdemont quiera o no le gusten los resultados finales. Pero no podemos olvidar que el huido de la justicia acumula varios frentes muy graves, especialmente para Europa: terrorismo, corrupción y, lo último, los acuerdos más que sospechosos con Rusia para crear un estado independiente, con el que el Kremlin desestabilizaría a Europa.
Lo que han demostrado Sánchez, su banda y la banda del prófugo es la gran capacidad que tienen de burlar la ley, doblegar a la Constitución y, sobre todo, la manipulación de las palabras para que los tontos útiles que les votan sigan creyendo en ellos. Pero en todo esto, quien sale perdiendo al final es España, los españoles de todos los lugares hayan votado lo que hayan votado, porque el daño institucional cometido y los amigos de Sánchez ubicados en las estructuras del Estado -ocho de cada diez empresas públicas están dirigidas por cargos socialistas puestos a dedo por Sánchez-, harán mucho mal, no porque no sean expertos en su trabajo, sino porque actúan de policías políticos controlando y haciendo lo que diga el amo. Entonces, los ciudadanos, verdaderamente preocupados, se hacen la pregunta del millón: ¿el pepero Alberto Núñez Feijóo, si llega a gobernar, deshará la tupida red de catástrofe política infiltrada en las instituciones o pactará con ellos, como ha hecho con Sánchez desde la oposición?
Puigdemont, el huido de la justicia, acumula varios frentes muy graves, especialmente para Europa: terrorismo, corrupción y los acuerdos más que sospechosos con Rusia para crear un estado independiente (con el que el Kremlin desestabilizaría a Europa)
La mentira en política (Alianza edit.), de Hannah Arendt. En este trabajo Arendt propone un brillante diagnóstico de las trampas epistémicas mediante las que un gobierno puede desentenderse de rendir cuentas de la realidad y los hechos, reduciendo el vínculo con la ciudadanía a mera manipulación y propaganda. La autora anticipa fenómenos tan actuales como la "posverdad" y los perniciosos efectos de supeditar la agenda política al dictado de relatos falaces y técnicas demoscópicas.
Educar en la mentira (Almuzara), de Pedro Antonio Heras Caballero. De tal palo tal astilla, podríamos decir, porque este libro recoge cómo desde las instituciones y el sistema educativo catalán (que se podría extender al vasco) se adoctrina y manipula a sus alumnos, las nuevas generaciones que harán que un lugar sea o no posible.
Corrupción del lenguaje (Página indómita), de George Orwell. Este libro recoge los ensayos sobre propaganda, mentira y manipulación en la política de la que parece que el Gobierno de Sánchez se ha apropiado. Orwell abordó en diversos momentos el estrecho vínculo existente entre la degradación del lenguaje, por un lado, y, por otro, la propaganda, la mentira y la manipulación política, que hallan su máxima expresión en los regímenes autoritarios y totalitarios.