El viernes 13 de enero de 2006, centenares de policías se encuentran en las inmediaciones de una sucursal del Banco Río de Buenos Aires esperando las instrucciones de Miguel Sileo, el negociador responsable de solucionar sin víctimas un atraco con rehenes. Un robo de organización perfecta que les dejó con las bocas tan abiertas y vacías como la mitad de las cajas de seguridad que saquearon.

Desde que en el año 1955 se estrenara Rififí, la película francesa de Jules Dassin que se convirtió en un clásico, muchos largometrajes de variadas nacionalidades han seguido la senda de narrar atracos de ladrones de guante blanco que conciben un plan minucioso, y casi imposible, para llevarse el codiciado botín. Ahora, desde Argentina, nos llega El robo del siglo que, además de entretenida y divertida, tiene un aliciente más: está basada en hechos reales y aunque parezca increíble lo que vemos en pantalla sucedió en la realidad.

Al igual que otras producciones de este tipo la película, además de la planificación y el emocionante robo, también describe pormenorizadamente la personalidad y la vida familiar de quienes fueron los artífices de esta “fechoría” o, lo que es lo mismo, la banda de atracadores compuesta por Araujo, De La Torre, Debauza, Marciano, Vittete y El Gaita. Para encarnarlos se recurrió a un buen elenco encabezado por dos conocidos actores argentinos: Diego Peretti y Guillermo Francella, cada uno de ellos impresionante en sus respectivos cometidos. Porque se trata de una historia  de delincuentes que el público, empezando por el argentino, perdona desde el primer momento porque estos pillos actuales destilaron un ingenio fuera de lo común y un trabajo increíble para llevar a cabo su huida, en concreto les costó un año excavar el túnel.

En imágenes el director Ariel Winograd  ha convertido esta gesta delictiva en un film donde se producen situaciones jocosas por doquier, algunas con los rehenes, y donde, de alguna manera, nadie es malo y torpe, ni tan siquiera los policías que estuvieron despistadísimos en muchos momentos de la investigación a pesar de que Miguel Sileo tenía mucha experiencia en operaciones de este tipo.

Para: los que les guste el cine argentino de calidad y las historias de ladrones de guante blanco.