WhatsApp se mete en la intimidad ajena
WhatsApp siempre ha presumido de que ni incluso la compañía misma podría leer los mensajes de los usuarios gracias al encriptado que utiliza su sistema. WhatsApp enfatiza este punto explicando a los usuarios, sobre sus mensajes, que: "Nadie fuera de este chat, ni siquiera WhatsApp, puede leerlos o escucharlos".
Pues bien, según ha compartido la agencia de noticias Propublica, dadas esas amplias garantías, es posible que sorprenda saber que WhatsApp tiene más de 1,000 trabajadores contratados llenando pisos de edificios de oficinas en Austin, Texas, Dublín y Singapur que utilizan un software especial de Facebook para examinar millones de mensajes, imágenes y videos privados. Emiten juicios sobre cualquier cosa que aparezca en su pantalla, reclamos de todo, desde fraude o spam hasta pornografía infantil y posibles conspiraciones terroristas, generalmente en menos de un minuto.
Eso sí, Propública aclara al principio de su artículo que la empresa sólo examina los mensajes de los hilos que los usuarios han informado como posiblemente abusivos. No rompe el cifrado de un extremo a otro.
Sin embargo, los mensajes examinados por estos trabajadores, aquellos mensajes o contenidos compartidos en los chats que otros usuarios han denunciado por violar las políticas de la plataforma, y que son examinados por un sistema de inteligencia artificial, quedan "denunciados" de manerq que los empleados son capaces de acceder al contenido de los mismos.
Posteriormente, deben realizar un juicio sobre ese contenido, aunque no pueden eliminar contenido individual, como sí ocurre en las plataformas Facebook e Instagram. Con esta moderación -a la que no se refieren como tal en WhatsApp-, los trabajadores revisan mensajes para para identificar y eliminar "a los peores abusadores", como ha reconocido el director de Comunicación de la compañía, Carl Woog, a ProPublica, sin aclarar si ponían en conocimiento de las autoridades competentes su hallazgos.
Tal como publica El Mundo, Facebook adquirió el servicio de mensajería WhatsApp en 2014 y dos años más tarde incorporó la encriptación de extremo a extremo. En 2019, el director ejecutivo, Mark Zuckerberg compartió su intención de extender esta protección a sus otros servicios de comunicación, Instagram y Messenger. Un año antes había asegurado ante el Senado de Estados Unidos que la empresa no veía nada del contenido de WhatsApp. Mark, ¡te has lucido! Has desarrollado una nueva forma de censura utilizando los delitos de odio. ¡Grande sos!