Primero fue el director del CIS quien explicaba cómo el presidente ha afrontado las críticas hacia su persona. Para Félix, el presidente se mantuvo fuerte: "no es fácil de aguantar si no tienes convicciones arraigadas y una personalidad lo suficientemente templada como para resistir". Así, "las vivencias políticas que padeció previamente a su llegada al Gobierno y los comportamientos dignos que mantuvo poco a poco le granjearon simpatías fervorosas". Y es que "prejuicios que les habían imbuido no se correspondían con la realidad", puesto que el presidente es "prudente", y transmite "tranquilidad y confianza". Sobre todo, confianza.

Luego llegó la portavoz del Gobierno que se refería, esta vez no tanto a la persona de Pedro Sánchez, sino a su belleza: ojo a las declaraciones de Isabel Rodríguez"Es guapo y hay gente a la que le molesta eso". Claro, los ciudadanos, la oposición y todo aquel que va contra el presidente es un envidioso. Está claro. 

Y ahora, llega Raquel Sánchez. La ministra de Transportes nos cuenta como le paran por la calle para preguntarle por... la "belleza del presidente". A los españoles les preocupa más conocer este dato que los precios de los alimentos

Pero más que nadie quien nos resuelve la incógnita de por qué el atractivo del Sánchez genera tanta envidia, es el propio presidente, que no se considera guapo... sólo sexy. 

Ya lo dijo Don Mendo: "Desdichado el hombre guapo".