Sánchez es un presidente progresista, feminista, con ideología de género, preocupado con el medio ambiente, y que miente mucho. Hagamos un repaso por las mentiras durante estos cuatro años:

Sin duda, la mentira más recordada, son sus “líneas rojas” con separatistas, podemitas, populistas... De los pro-etarras decía: “con Bildu no vamos a pactar, si quieres lo digo cinco veces, o veinte”. Respecto a los separatistas catalanes, en varias ocasiones aseguró que no pactaría, hasta su entonces ministro Ábalos dijo: “El independentismo no puede ser en ningún caso aliadosf nuestros, ni para una moción de censura”. Los populismos eran indeseables: “Ni antes ni después el PSOE va a pactar con el populismo. El final del populismo es la Venezuela de Chavez, la pobreza y las cartillas de racionamiento”.

"Aquellos que ensalzan a Otegui y le llaman hombre de paz deberían recordar la memoria de Ernest Lluch", decía de los pactos con Bildu. Y pactó, y olvidó la memoria de Lluch, dijo que "Nunca hemos utilizado el terrorismo cuando existía ETA y no lo vamos a hacer ahora que no existe. Hoy celebramos 10 años del fin de la violencia, un éxito colectivo". ETA ya no existía, unos 202 etarras eran trasladados a prisiones más cercanas al País Vasco y Otegui era considerado hombre de paz. 

Sin duda, la mentira más recordada, son sus “líneas rojas” con separatistas, podemitas, populistas... De los pro-etarras decía: “con Bildu no vamos a pactar, si quieres lo digo cinco veces, o veinte

Hasta el más mínimo acercamiento con Podemos era inimaginable para Sánchez:“España no se merece a Iglesias como vicepresidente controlando el CNI, con el apoyo directo o indirecto de los independentistas”. “Un Gobierno de coalición tendría un ministro de Unidas Podemos y yo sería un presidente del Gobierno que no dormiría por las noches, al igual que el 95% de los españoles”.

Tal y como contaba en sus memorias, se ve que cambió el colchón en Moncloa y pudo continuar con su sueño, y con sus mentiras. Le bastaron ocho días para cambiar de opinión, fundirse en un abrazo con Iglesias y nombrarlo vicepresidente. 

Pedro es un gran 'doctor' en economía, sabe de lo que habla, y son muchas las ocasiones en las que ha contado los datos de manera alejada a la realidad, por ejemplo, en julio del 2021: “El crecimiento económico está ahí. Las cifras yo creo que son muy positivas. Ha revisado al alza, de nuevo, la Comisión Europea, las cifras de crecimiento económico tanto para este año como para el siguiente”, dijo nuestro presidente durante una rueda de prensa en Letonia. La realidad era otra bien distinta, Bruselas había revisado al alza el crecimiento de 2021 -del 5,9% al 6,2%-, pero rebajó el de 2022 hasta el 6,3%, frente al 6,8% anterior.

Además, en un debate con el exlíder de Ciudadanos, Albert Rivera, prometió que no habría subida de impuestos y exigió la bajada del IVA de la luz, y se instaló en Moncloa y sufrimos la mayor subida de la factura de luz, gas y gasolina, y no baja el IVA porque esa no es la solución, según el.  

Como decíamos, nuestro presi se preocupa por el medio ambiente, es un presidente verde, que anima a los españoles a que usen la bici y contaminen menos. De hecho, cuando era candidato, criticaba el uso excesivo que se hacía del avión presidencial, aunque, una vez más, conoció el Falcon y sus bondades, y ahora, digamos que le saca rédito.  

Los Presupuestos Generales del Estado estaban en juego, compréndanlo, las políticas de igualdad bien merecen unos indultos, unas embajadas, y lo que haga falta. Pero ya lo dijo su entonces vicepresidenta, Carmen Calvo, que ni corta ni perezosa aseguró que se trataba de dos personas diferentes, ya que Sánchez siendo presidente nunca había dicho tal cosa

Llegó al Gobierno gracias a los intependentistas catalanes, y continúa en él gracias a las cesiones que les concede una y otra vez. Pero cuando Pedro era aún candidato al Gobierno aseguró: "Clarísimamente ha habido un delito de rebelión en Cataluña", y señaló a Rajoy como el Red Bull de los independentistas porque les daba alas. Prometió "Nunca más indultos por motivos políticos", y consideraba fundamental reformar el Código Penal para introducir "los referéndum que pretenden romper España". 

Opinión que tampoco le duró mucho, los Presupuestos Generales del Estado estaban en juego, compréndanlo, las políticas de igualdad bien merecen unos indultos, unas embajadas, y lo que haga falta. Pero ya lo dijo su entonces vicepresidenta, Carmen Calvo, que ni corta ni perezosa aseguró que se trataba de dos personas diferentes, ya que Sánchez siendo presidente nunca había dicho tal cosa. 

Sin duda, la pandemia ha marcado el Gobierno de Sánchez, él la utiliza como mejor le viene para todo, se ciñe a "criterios científicos". A criterios, que no expertos, porque recuerden que su "comité de expertos" el cual debía mantenerse en el anonimato para no recibir presiones, resultó que estaba formado por un único 'experto': Fernando Simón, aquel que aseguraba que en España habría "algún caso como mucho" de coronavirus.

No lo hemos mencionado, pero Sánchez es un hombre internacional, con visión en el exterior, y, sobre todo, con relaciones. Así, Moncloa anunciaba un encuentro bilateral, que esto les gusta mucho, con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Encuentro hubo, Sánchez acechaba a un desconcertado Biden en mitad de un pasillo y la bilateralidad duraba 30 segundos aproximadamente. 

Como pueden ver, Sánchez es un hombre de principos, cuando era candidato se comprometió a limitar el uso del Decreto Ley a circunstancias excepcionales, y ha acabado registrando rércords en números de Decreto Ley. Y como buen conocedor de la ley, aseguraba que la Fiscalía actúa y el Poder ejecutivo nada tiene que ver porque existe la separación de poderes. Para, poco después, asegurar "Fiscalía ¿de quién depende, eh? Del gobierno, pues ya está".

¿Su última mentira? Esta misma mañana de miércoles, en un baño de masas con sus súbditos, perdón, quería decir compañeros, equipo y familia socialista, hacía balance de estos cuatro años. Como era de esperar, "la guerra del autócrata Putin" ocupaba gran parte de su discurso: el presidente aseguraba que España era el cuarto país más solidario con Ucrania. Algo que nos ha llamado la atención, ya no solo por los datos de refugiados, sino porque Fundación Madrina denunciaba ayer: "Las familias ucranianas deciden volver por la falta de ayuda económica prometida por el Gobierno".

Pedro, deja de mentir, y vete ya, por favor.