Lo cuenta en primera persona un enfermo de ELA. Dice que están condenados a sobrevivir porque su enfermedad no tiene una expectativa de vida inferior a tres años. Y cuenta cómo el ministerio de Mónica García le deja fuera de la aplicación de la ley ELA, precisamente por esa razón y después de llevar 15 años conectado a un respirador, tras 20 años de lucha diaria.

¿Qué les queda pues a estos enfermos? A muchos de ellos, pedir la eutanasia al no poder costearse unos gastos médicos que en una fase intermedia ascienden a 35.000 euros anuales y pueden llegar incluso a 60.000 euros en etapas avanzadas. Incluyen adaptaciones del hogar y del vehículo, cuidadores, etc.

También lo recoge en sus redes el activista y enfermo de ELA, Jordi Sabater:

Jordi