Al ministro de Universidades y Manuel Castells y la ministra de Educación les une gran preocupación por los estudiantes. No quieren que se traumaticen por los supensos. Para Castells «Condenar a los alumnos por un suspenso es elitista, machaca a los de abajo y favorece a los de arriba». Mientras Celaá apuesta por que se pase de curso de los 6 a los 18 años, aunque las suspendas todas... si el alumno demuestra madurez. ¿Y quién decide el grado de madurez?

El resultado de tan progresistas argumentos lo ven muy claro los internautas:

paquirrín 
Castells
paco lectores

Y si suspender a los alumnos es tan traumático y abre además una brecha entre "los de arriba y los de abajo", ¿seguirán siendo necesarios los exámenes? o ¿seguirán la senda de la cultura del esfuerzo y tenderán a desaparecer por la gracia de la Lomloe, de Castells y de Celaá?

En una reciente entrevista a ABC, el titular de Universidades ha hecho hincapié en que las becas sólo se concederán a los estudiantes de la universidad pública -dado que los de la privada, como eligen la privada es porque pueden y tienen más recursos, ha venido a decir el ministro-. El mismo razonamiento con el que su homóloga en Educación, Isabel Celaá pretende convencer a quien quiera escucharla cuando mantiene que la concertada es para alumnos con recursos, frente a la pública donde van los que no pueden costearse la concertada. Se olvida la ministra -y también el ministro- de que los padres que eligen -hasta la llegada de la ley Celaá, lo hacían libremente- la educación concertada para sus hijos están pagando con sus impuestos la plaza de sus hijos en esos centros y también las de los alumnos que va a a la pública. Es decir, pagan doblemente. 

Y en cuanto a que la concertada es para los más pudientes, véase el caso de la Fundación Educatio Servanda, con algunos de sus centros en, por ejemplo, Parla o Alcorcón, ambas localidades del sur de Madrid

A más a más, tampoco está de mal recordarles a ambos ministros que un alumno de la pública le cuesta al Estado -es decir, a todos los españoles- el doble que uno de la concertada. Pero eso, no lo suelen aclarar ni el ministros Castells, ni la ministra Celáa.