Nueve meses después de la DANA, en Valencia un 60% de los afectados carecen de recursos básicos para comer, vestirse, moverse o reconstruir sus hogares. Familias que antes eran "normales" han caído en la vulnerabilidad, y aquellas que ya eran vulnerables han sido empujadas a la indigencia más absoluta, subsistiendo gracias a la caridad de sus vecinos. Lo denuncia Madrina, una de cuyas voluntarias, la ingeniera forestal Olga Jiménez cuenta: "Son historias sacadas de libros de terror. Tenemos bebés prematuros que nacen con 1,8 kilos porque sus madres no tienen qué comer. Niños con parásitos, madres desnutridas, abuelos sin medicación ni agua potable". La contaminación del agua es tan grave que incluso ducharse es un riesgo, con menores naciendo ya con bajo peso y parásitos.

Se han documentado casos extremos que permanecen invisibles: personas que han vivido semanas en escaleras y terrazas, una contaminación del agua extrema que llega a los bebés recién nacidos con parásitos. Hay familias sin medios de transporte ni acceso a alimentos. Son suicidios que se ocultan (cerca de 100), y muchas más muertes de las oficialmente declaradas, una dolorosa consecuencia de la omisión de auxilio por parte del Estado.

La Fundación recuerda que la realidad sobre el terreno es demoledora. Solo en 9 municipios, Olga y su equipo han documentado con nombres y apellidos a 3.500 familias afectadas. Extrapolando a los 76 municipios impactados, la estimación más conservadora alcanza las 15.000 familias en situación de indigencia extrema.

Los perfiles de los damnificadosfamilias numerosas, ancianos, personas con enfermedades crónicas como diabéticas e hipertensas que no tienen acceso a la fruta y verdura que necesitan para su salud. Historias como la de una mujer con cuatro hijos (uno prematuro) sin acceso a agua potable, o víctimas de violencia machista sin medios de transporte para acudir a sus tratamientos médicos, son el día a día en la "otra Valencia". Olga lamenta: "Estamos en la huerta de Europa, y tenemos que llevarles un tomate como si fuera oro".

La única respuesta efectiva la ha tenido la sociedad civil. Las redes de voluntariado llevan nueve meses suministrando alimentos, en muchos casos sin descanso ni relevo. Cocinas solidarias han pasado de preparar 800 a 4.000 comidas diarias. Pero esta red, agotada, no puede más. "Muchos voluntarios están de baja, se medican para poder seguir. Esto no se sostiene más", explica Olga.

"¿Esto es Gaza, esto es Ucrania? No, esto es Valencia", resume Olga. Cada cifra esconde una historia real: niños que no comen, ancianos que no beben, madres que dan a luz sin asistencia ni nutrición. La omisión de auxilio por parte del Estado ha incrementado las víctimas. 

En estas condiciones, la Fundación Madrina un nuevo desafío: la creación de una residencia para madres solas y embarazadas en Valencia.

La sociedad civil es ahora la única esperanza para estas 15.000 familias. La Fundación Madrina lanza un llamamiento nacional urgente a la solidaridad. Se necesita, con extrema urgencia:

·Agua potable embotellada: El agua local sigue contaminada en muchas zonas, y la higiene básica es un lujo inalcanzable para muchos.

·Comida fresca: Frutas, verduras y proteínas son esenciales para prevenir la desnutrición, especialmente en niños y ancianos.

·Alimentos no perecederos: Arroz, legumbres, latas... son la base para asegurar la subsistencia diaria.

·Productos de higiene: Especialmente materno-infantil, para garantizar unas condiciones mínimas de salubridad y evitar enfermedades.

·Leche de fórmula y alimentos para bebés: Fundamental para el correcto desarrollo de los más pequeños.

·Bicicletas: La movilidad es un problema grave para quienes han perdido sus vehículos, impidiendo el acceso a servicios básicos y a la ayuda.

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Otras formas de colaborar, con aportaciones a través de:

·BIZUM SOLIDARIO: Envía tu donación al 00909 (asunto: "Valencia").

·Entrega física de alimentos: Lleva tus donaciones a Plaza San Amaro 4, Madrid.

·Empresas: Pueden donar productos y transporte coordinando con Fundación Madrina a través del teléfono 91 449 06 90 o su web www.madrina.org.