Una familia de refugiados ucranianos
Más de 8 millones de personas, de los que 3,5 millones son menores de edad (un 44%) y cerca de 1 millón son mujeres embarazadas, han sido desplazadas de sus hogares en Ucrania por la guerra, buscando refugio en países vecinos como Polonia, Alemania y España.
Sin embargo, la escalada del conflicto está intensificando el flujo de refugiados, y algunos países que antes les abrían las puertas ahora están empezando a cerrarlas. Polonia está dificultando el paso fronterizo, mientras que Alemania y otros países están avisando a las familias ucranianas que la ayuda se agota y que deben regresar a Ucrania.
España, por su parte, ya no ofrece recursos de acogida ni ayuda a los nuevos refugiados, que se ven condenados a dormir en la calle con sus hijos menores. Eso, después de que el Gobierno Sánchez presumiera en su día, por boca del ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, de que España había acogido a un total de 168.000 ucranianos, siendo el quinto país de la UE que más refugiados ucranianos había acogido.
En las últimas semanas se percibe una nueva oleada de refugiados ucranianos que huyen de la guerra hacia Europa, incluyendo España, o bien desde otras partes de Europa, especialmente de Alemania y Polonia.
Las principales razones de esta nueva ola de desplazamientos se deben a la intensificación de los combates en el este de Ucrania. Las fuerzas rusas han acrecentado sus ataques en las regiones de Donetsk y Luhansk, lo que ha provocado un nuevo éxodo de civiles, que huyen por el temor ahora de que Rusia invada Europa.
Muchos refugiados ucranianos están llegando a España, buscando un lugar seguro donde rehacer sus vidas. Sin embargo, las instituciones estatales designadas para su acogida no están cumpliendo con su cometido.
Las familias con muchos menores a cargo, se encuentran con una falta de recursos, derivaciones a entidades como la Fundación Madrina, y una ausencia de apoyo básico como comida, transporte o la esperanza de una pronta acogida.
En las últimas semanas, la Fundación Madrina ha acogido a decenas de familias con un goteo casi a diario, ya que las ONG estatales las han dejado en situación de calle, sin ninguna esperanza, incluso con niños menores de 7 años.
En este contexto, la fundación denuncia la falta de recursos asignados por parte de la administración a este problema humanitario y pide que se liberen fondos para poder atender y acoger con recursos de acogida a las miles de personas que están llegando a España desde Ucrania y desde toda Europa.