Corría el mes de septiembre de 2015 cuando la entonces alcaldesa madrileña, Manuela Carmena, decidió colocar una pancarta en la fachada del Consistorio con la leyenda "Refugees Welcome" (bienvenidos refugiados). Así, el Ayuntamiento de la capital española quería "mostrar su apoyo por los derechos humanos y cómo desde los municipios, se puede colaborar en este tipo de crisis desde el afecto y el compromiso de la ciudad con las víctimas de los conflictos bélicos", declaraba en su web.

"Madrid es la ciudad del abrazo y, de esta manera simbólica, quiere expresar la solidaridad de los vecinos y vecinas con la situación dramática de miles de familias que huyen de sus lugares de origen", afirmaban desde el consistorio.

De una progre a otro progre, pero con visiones muy distintas de una misma realidad: la emigración. Y es que el alcalde de Nueva York, Eric Adams, que en su día afirmó que "acoge con los brazos abiertos a los inmigrantes", ya no lo hace, tal como publica Voz Media. Cuando aún no se ha cumplido un año desde que pronunció estas palabras, el alcalde de Nueva York solicitó ante un tribunal la modificación del "Derecho de Acogida" de la Gran Manzana porque la crisis migratoria que sufre la ciudad está agotando los recursos municipales. Adams recalcó que, de mantenerse la normativa, y sin un aumento de las ayudas federales, las finanzas locales colapsarán.

Tal como recoge la misma publicación, según la regulación de NY, el Ayuntamiento debe proveer a las personas sin hogar de casa, comida y poner a su disposición atención legal. Desde el consistorio se apunta que esto es inviable con más de 70.000 inmigrantes irregulares -según las cifras de la corporación municipal- llegados durante el último año. Adams señaló que es hora de afrontar esta realidad y lanzó un dardo a la Administración Biden pidiéndole que "haga su parte".