Dos inmigrantes ilegales, presuntamente menores no acompañados, habrían intentado agredir sexualmente a una prostituta travesti en las inmediaciones del centro de acogida de La Cantueña, en Fuenlabrada, según fuentes policiales consultadas por La Gaceta. 

El supuesto intento de agresión sexual se habría producido contra una trabajadora sexual, identificada como persona trans, en una zona industrial frecuentada por prostitutas. La víctima habría logrado escapar tras pedir auxilio, según relatan estas fuentes, y el suceso habría sido puesto en conocimiento de la comisaría local de Fuenlabrada, aunque por el momento no consta una detención oficial.

Recordar que el centro de menores de Fuenlabrada es noticia en los últimos días, al denunciar los vecinos de la cercana localidad de Parla, la inseguridad generada por algunos de sus residentes.

Mientras, el Gobierno de Ayuso recurre ante el Tribunal Supremo el reparto «forzoso» de menores no acompañados por el Gobierno. Desde el Ejecutivo regional, consideran que se trata de un reparto «arbitrario» que quiere «penalizar» a las comunidades en las que gobierna el Partido Popular. Esta maniobra del ejecutivo regional surge en un momento en el que el ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, del PP,  ha ordenado cerrar el centro de inmigrantes en el que se iba a acoger a 400 de ellos, por no tener licencia. Un argumento que, en su día, expuso el ayuntamiento de Fuenlabrada, del PSOE, para evitar la apertura del centro de menas de la zona... pero, que en ese caso rechazaron, entre otras instancias, el Gobierno de Ayuso.

Volvemos a hablar en Hispanidad de la 'confusión' de la presidenta madrileña en materia de inmigración ilegal. Una confusión que arrastra desde hace ya algún tiempo. En su día, pedía por un lado"estar al lado de personas que llegan en situaciones infrahumanas" y, por otro, se preguntaba: "¿cómo integro a personas que no sé que arrastran detrás?"

La presidenta madrileña parece haberse respondido ella misma: en Madrid: os mantengo en centros como los de Hortaleza y Batán, sembrando el miedo entre los vecinos y, en el sur de la región los ubico en municipios 'obreros', como Fuenlabrada o Parla.