Comentaba un sacerdote, que atiende espiritualmente un colegio madrileño -y miren, no es pederasta- que a los niños que se han criado sin padre les cuesta rezar el Padrenuestro. Ahora vuelvo sobre esto. 

Cuando oigan a un cura hablar mucho de fraternidad y poco de paternidad, desconfíen. A lo mejor es un masoncete disfrazado

Hablemos primero de Santa Juliana de Lieja o Santa Juliana de Reinnes o Santa Juliana de Cornillon, que lo mismo da. Esta belga (1193-1258): fue la 'inventora' del Corpus Christi, fiesta instaurada apenas unos años después de su muerte, en 1264. Ojo, esta fiesta, con tanto arraigo en España, se le ocurrió a la buena de Juliana mientras meditaba unas palabras del Evangelio. Estas: "Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" Mt 28, 20.

Y entonces Juliana, a quien por no ser periodista no se le escapaba una, concluyó que Cristo estaba "todos los días" en el corazón de aquellos que le buscaran pero, mayormente, estaba todos los días en la Eucaristía.

Hablamos del siglo XIII, 700 años antes de que San Pío X alentara la comunión frecuente, a ser posible diaria, cuando una belga de cerca de Lieja ya advirtió que la promesa de Cristo -todos los días hasta el fin del mundo- se refería a la Eucaristía, así que mejor no caer en la rutina de la comunión diaria. Y todo esto viene a cuento de que el Jueves Santo no es el día de la fraternidad humana, no es el sacramento de los hermanos que nos amamos cantidad, sino el sacramento del hijo y del padre

Quienes exageran la fraternidad son los mismos que pretenden convertir a la Iglesia de Cristo en una ONG

Además, ya saben que no hay hermanos si antes no hay padre. Ergo, no hay fraternidad si antes no hay caridad. Ergo, lo que celebramos en Jueves Santo no es la hermandad entre los hombres sino el amor de Dios al hombre y de éste a Dios. Insisto, toda la doctrina cristiana se resume en esto: amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Pero por ese orden.

La fraternidad viene después, porque no se puede amar a Dios y despreciar al vecino, ni se puede a amar a Dios a quien no ves, sin amar al vecino al que sí ves. 

Además, ambos amores se retroalimentan.

No hay hermanos si antes no hay Padre. Ergo, no hay fraternidad si antes no hay caridad

Hoy recuerden a Santa Juliana: yo estaré con vosotros siempre, hasta la consumación del mundo. Se quedó en el Sagrario. Los padres dicen a sus hijos pequeños que "les comerían". El padre Dios podía hacer realidad esa metáfora paterna. Y lo hizo al revés: se anonadó para ser ingesta viva de la criatura.

Lo del amor fraterno es muy importante, seguro, pero no tanto como el amor del Padre-Dios al hijo-hombre

Lo del amor fraterno es muy importante, seguro, pero no tanto como el amor del Padre-Dios al hijo-hombre. Cuando oigan a un cura hablar mucho de fraternidad y poco de paternidad, desconfíen. A lo mejor es un masoncete disfrazado.

Dicho de otra forma: primero amar Dios y luego al prójimo, que no hay hermanos sin padres. Además, quienes exageran la fraternidad son los mismos que pretenden convertir a la Iglesia de Cristo es una ONG.