Lo hemos advertido en numerosas ocasiones, con la Ley Trans estamos ante otro Sólo sí es sí, ante lo que podemos denominar el legado de la mente preclara de la exministra Irene Montero. Primero, vamos con la noticia. Dos bomberos de la Generalitat, uno en el parque de Badalona (Barcelonès) y otro en el de Vic (Osona), han cambiado de sexo. Así, ambos, ahora ambas, son mujeres en su Documento Nacional de Identidad (DNI). Sin embargo, según han confirmado fuentes cercanas a El Periódico, ninguno ha cambiado de nombre, ni de apariencia, ni tampoco su conducta. 

Este hecho, amparado en la Ley Montero, ha encendido las alarmas de la conselleria de Interior: al parecer duda, no entendemos el motivo, de que no se sientan realmente mujeres, y creen que uno lo ha hecho como provocación política y otro por el riesgo de perder su plaza ante los cupos reservados a bomberas. 

Su decisión ha sido expuesta por múltiples denuncias internas y reabre el debate de la Ley Trans. La dirección de Bomberos ha emitido una circular asegurando que estos actos son un “atentado contra la igualdad de mujeres y hombres”.

El Departament de Interior ha declarado al medio que ha "mantenido contactos, conversaciones y reuniones de trabajo" con el Ministerio de Igualdad, la conselleria de Igualdad y Feminismo de la Generalitat y la Fiscalía contra los Delitos de Odio y Discriminación para explorar vías de actuación. Asimismo se ha aconsejado en "magistrados y personas encargadas de Registros Civiles que están confrontando la problemática" y "entidades en defensa de los derechos LGBTI+ y personas referentes del activismo feminista".

Ambos cambios se realizaron hace más de un año, pero la investigación sigue en curso por falta de herramientas, y es que claro, si para ser mujer vale con que te percibas como tal, ¿quién puede decirte que no te percibes mujer? Sería delito de odio. Siendo todos conscientes de las consecuencias de la brillante Montero, y lejos de recular y admitir el error, se ponen en marcha medidas preventivas como formaciones y sesiones informativas que, seguro, tienen un gran efecto. 

Las sospechas de fraude parten por la inminente aplicación de una medida que reserva el 40% de las plazas del cuerpo de Bombers a mujeres, convocada en 2023 y con entrada en vigor en octubre de 2025.

Esto hizo que en abril de 2024, según denuncian compañeros de R.N., éste comunicó su cambio de sexo porque “los hombres están cada vez más desprotegidos frente al auge de las políticas de igualdad de género”. R.N. se negó a usar vestuario femenino y ante la tensión, el jefe del parque trasladó el caso al jefe regional, quien lo derivó como un asunto de salud laboral y riesgos psicosociales. Al parecer, el caso se terminó archivando "por imposibilidad de acceder a pruebas concluyentes". En Vic pasó algo similar, D.R. cambió su sexo registral, y, según fuentes cercanas lo hizo por miedo a perder su plaza.