Según una información que publicó El Mundo el pasado 12 de mayo, en este momento hay un colapso en los mataderos españoles de vacas debido a que los ganaderos no pueden mantener sus explotaciones y se ven obligados a desprenderse de los animales por la falta de agua y los elevados costes de la paja. 

En la misma línea, Alfredo Berrocal, presidente de UGAMA (Unión de ganaderos y agricultores de Madrid), decía a a NiusDiario: "Yo estoy a punto de jubilarme y te juro que jamás había vivido una situación tan extrema: se están mandando al matadero vacas totalmente sanas y en plena producción". Y es que las vacas se alimentan de los pastos desde marzo o abril hasta agosto, pero este año, "como no ha llovido ni gota", no tienen nada que comer. 

Ese es el contexto en el que se produjo ayer la violenta protesta por parte de los ganaderos castellano-leoneses en Salamanca, que se oponen a la política contra la tuberculosis bovina que ha impuesto el Gobierno central. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación -que encabeza el ministro Luis Planas- no deja a los ganaderos mover a sus ganados por el campo con la excusa de la no propagación de esta enfermedad y amparándose en que la propia Comisión Europea había exigido al Gobierno de España "tomar medidas para poner coto a la propagación de la tuberculosis bovina".

Sin embargo, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural de Castilla y León, en manos de Vox, había propuesto lo contrario: es decir, rebajar los controles y que los ganaderos puedan seguir moviendo a sus reses, sacrificando -eso sí- las que estaban enfermas. El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo (Vox), señaló: "Vamos a a seguir defendiendo a nuestros ganaderos frente a las imposiciones arbitrarias que les ahogan".

Pero la resolución autonómica de Vox fue recurrida por el  Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y ahora la justicia, es decir, el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) la ha suspendido provisionalmente.

El vicepresidente de la Junta, García Gallardo, se ha desplazado en ocasiones hasta Bruselas para pedir la flexibilización de estas medidas que atentan contra los intereses de los agricultores: 

Según cuenta Salamanca 24 Horas, a esta situación se ha llegado por el “cansancio” que los ganaderos dicen que sienten tras años de lucha contra la tuberculosis sin obtener una respuesta. “Estamos luchando por defender nuestro trabajo porque llevamos más de 40 años sacrificando vacas y no dejamos de matarlas”, asegura un ganadero de la comarca de Vitigudino. Asimismo, añade que “llevamos años sufriendo que no nos den de paso los saneamientos, mientras que el sindicato de veterinarios ha hecho un escrito tirando por tierra el trabajo de los ganaderos, donde nos echan la culpa de todo, mientras ellos se lavan las manos”.

Jacinto Sánchez, portavoz de ‘Ganaderos Unidos’ en Salamanca, ruega a través de Salamanca24horas que “nos dejen vivir de nuestro trabajo y poder criar una familia dignamente”, explicando que “se nos está atacando por muchos flancos de una manera muy vil, cuando los ganaderos somos los mayores interesados en tener una cabaña ganadera sana, porque una ganadería limpia de enfermedades es viable económicamente, y por eso somos los mayores interesados. Mientras, los políticos nos tienen que dar soluciones porque llevamos 34 años con los mismos protocolos que siguen sin funcionar”.

A juicio de los ganaderos, paralizar el movimiento del ganado no es la solución idónea: “A la Administración nosotros le dijimos que nos flexibilizara un poco la normativa vigente porque nos estaban asfixiando económicamente. Tras esto flexibilizó muy poco y desde el Ministerio se nos aplicó lo que se puede llamar un 155 en toda regla, dejando a Castilla y León bloqueado. Por ello, queremos trasmitir al Ministerio y al ministro que nos diga qué mensajero es el que le envió el escrito que con el que fue a Madrid y a Bruselas en 48 horas, cuando nosotros llevamos un mes desde que le pedimos por escrito una reunión y que todavía hoy no se ha dignado a contestar”. Además, las pérdidas económicas que afectan a todos los ganaderos de vacuno, de manso y bravo, son “muy elevadas”: “Estamos hablando de muchos millones de euros”.