
Tal como recoge La Voz de Galicia, el Juzgado de lo Penal nº1 de Santiago condenó a un vecino de Compostela a un año y nueve meses de prisión por un delito de maltrato habitual a su mujer y a otros nueve meses por otro de lesiones si no aceptaba prestar 60 jornadas de trabajos en beneficio de la comunidad.
La pena incluía además la privación del derecho a la tenencia y porte de armas y una orden de alejamiento de la denunciante por la que no podría acercarse a menos de 500 metros ni comunicarse con ella durante tres años y nueve meses.
El procesado no aceptó la resolución, presentó un recurso de apelación y, gracias a la declaración de sus dos hijas -una de ellas negó que el padre tirara a su madre por las escaleras en Santiago y la otra negó que la hubiese maltratado toda su vida- ha logrado que la Audiencia Provincial le dé la razón y le absuelva de las acusaciones de violencia machista que había presentado la que durante 38 años fue su esposa.