El lobby LGTBI impone su ley y pobre de aquel que se atreva a discrepar de sus postulados, entre los cuales, paradójicamente, figura la libertad de expresión
El Parlamento de Francia ha adoptado este martes de forma definitiva una proposición de ley que crea un nuevo delito en el código penal para castigar las terapias de conversión para homosexuales con penas de cárcel y multas, recoge RTVE.
La nueva ley, que para entrar en vigor tendrá que ser promulgada, se presentó a iniciativa del partido del presidente francés, Emmanuel Macron.
La pregunta que hay que hacerse aquí es: ¿Y si a esas terapias acude un homosexual libremente, también serán penadas?
Recordemos que en junio de 2019, el actual ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, respondía en una entrevista en El Mundo a la pregunta: ‘Como juez, ¿cree que son legales las terapias para reorientar la homosexualidad?, a lo que el titular de Interior respondió: "Cada uno puede someterse, si lo hace voluntaria y libremente, a esas terapias, algo que yo dudo mucho que se haga conscientemente porque es la negación de uno mismo. Ya no voy a hablar de legalidad ni de ilegalidad, el trasfondo es de mayor entidad, es la negación de la identidad humana".
Llama la atención que al lobby LGTBI, firme defensor de la libertad de sus miembros para cambiar de sexo, le parezca mal que un homosexual quiera someterse a esas terapias, en uso de su libertad. Curiosa paradoja...