Recordemos lo siguiente: en Irán manda la rama musulmana de los chiitas. Mientras que en Arabia Saudí manda la rama musulmana de los sunitas. Ambas ramas se caracterizan por su escaso aprecio a las libertades y los derechos humanos, como está quedando de manifiesto últimamente.

Por ejemplo: en Arabia Saudí, Salma al Shehab, una mujer saudí, madre de dos hijos y estudiante de doctorado en Leeds, Reino Unido, fue detenida en su país durante una visita por publicar unos tuits y fue condenada a 34 años de prisión, denuncia Amnistía Internacional.

Le quedaban apenas unos días para regresar a Inglaterra y seguir con sus estudios cuando la detuvieron e interrogaron. ¿El motivo? Haber puesto unos tuits y haber retuiteado a defensoras de los derechos de las mujeres en Arabia Saudí.

La tuvieron 285 días en régimen de aislamiento antes de comparecer ante un tribunal, sin acceso a ninguna representación legal. La condenaron a 6 años de cárcel, pero el fiscal del Tribunal Penal Especializado consideró que no era suficiente y pidió un castigo más duro: 34 años de cárcel más otros 34 sin poder viajar.

En medio de una campaña represiva implacable, las autoridades saudíes han elegido el caso de Salma como ejemplo para acallar a cualquiera que ose emitir la más mínima crítica.

No es la primera vez. Las leyes antiterroristas y contra delitos cibernéticos se usan en Arabia Saudí constantemente. Y en la actualidad habría varias activistas detenidas sin que ya nadie se atreva a denunciarlo en redes o en los medios de comunicación.

Pero es que, en Irán continúan las protestas tras la muerte de Mahsa Amini, una joven que murió tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico, como recogió Hispanidad.

El abogado de la familia de Mahsa Amini, la joven iraní que falleció a consecuencia del infarto y el coma que sufrió en una comisaría en la que estaba detenida por no llevar el velo bien colocado, ha señalado que médicos acreditados independientes aseguran que la muerte de la mujer bajo custodia policial fue por golpes y no por enfermedades previas, como lo han indicado hasta ahora las autoridades de Irán, recoge RTVE.

Entre las medidas para atajar las protestas se encuentran la cancelación de las clases presenciales en las Universidades de Teherán, la detención de periodistas y las restricciones de internet.

Tanto es así que la periodista Nilufar Hamedi, la primera en reportar la muerte de Mahsa Amini, ha sido detenida. Con ella también han sido detenidas otra reportera y una fotógrafa. El Comité para la Protección de los Periodistas ha reportado la detención al menos de 17 periodistas estos días, informó Antena 3.

Lo dicho: ni chiitas (Irán) ni sunitas (Arabia Saudita) se caracterizan por su amor a la libertad y a los derechos humanos…