La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, celebró el martes una reunión con activistas proabortistas para discutir las medidas a tomar ante la previsible derogación por parte de la Corte Suprema de la sentencia Roe v. Wade, que aprobó el aborto en 1973, recoge Infocatólica de LifeNews.

Harris dijo que el gobierno de Joe Biden apoya el aborto «sin restricciones», es decir, el asesinato de bebés no nacidos por cualquier motivo hasta el nacimiento, pagado por los contribuyentes.

«Creo que todos creemos y sabemos que nuestra nación se fundó sobre ciertos principios que apreciamos: principios de libertad, libertad y autodeterminación», dijo Harris en su declaración inicial. «Y creo que todos esos principios están en juego cuando miramos el borrador de sentencia filtrado», recoge Infocatólica de LifeNews.

Al parecer, para Harris, la vida de los bebés no nacidos no importa tanto como la «autodeterminación» y ha afirmado que abortar a un bebé no nacido tiene que ver con el «derecho a vivir y amar».

La vicepresidenta también hizo la infundada afirmación de que la anulación de Roe llevaría a prohibir el matrimonio entre personas del mismo sexo y la anticoncepción en un futuro próximo.

Y todo esto que hace Harris no es sino una burda manera de presionar a la Corte Suprema de EEUU antes de que publique su fallo definitivo sobre la anulación de la sentencia Roe v. Wade, que permitió el aborto en EEUU desde 1973 y que ha provocado desde entonces la muerte de unos 63 millones de bebés